Capitulo 01

1207 Words
Es fácil caer en la tentación de la carne y sobre todo si la tentación es Jordin Rae Sparks. Lastima que no es el mismo pensamiento de Skay Brown ella le parece un hombre totalmente patético que como es un hombre rico puede tener todo lo que quiere, despreciar y humillar con su dinero y lo peor son las mujeres que venden su dignidad frente a él. Pero a pensar de todo es conciente de que el dinero es importante y para una mujer como ella que no lo tiene y que tiene a cargo a dos niños pequeños que necesitan de mucho ella es capaz de venderse por ellos aunque tanto lo odia sabe que también lo necesita. Y todo empezó con un choque desafortunado y desde hay no podrán escapar más. Iba caminando metida en el libro que estaba leyendo, hoy tenía que comenzar mi nuevo trabajo era de la limpieza en una universidad bastante importante en ella solo asistían la gente de alta clase los chicos ricos y populares modelos cantantes estrellas de cine o simplemente hijos mi mami una vez solo una vez me sirve para obtener una beca que tenía poca edad pero me considera demasiado inteligente y capaz para conseguir uno de casa que me permitiera conseguir una casa porque no pude porque no me aceptan como mis hermanos otra estrategia tenía todos listos pero al final no pude asistir hubo inconvenientes que me hizo renunciar a la beca y quedarme con mis hermanos. Ahora regreso pero para ser una empleada de limpieza. No me duele por qué se que hay algunos que nacen con estrellas y otros nacen estrellados. Después de saber que tomaba el turno de la tarde estuve muy feliz porque podía visitar la biblioteca y leer algo mientras esperaba los trabajadores podría acceder a ellos y eso era lo mejor. Cuando pasaba las personas me miraban era obvio que no tenía ropa cara como ellos y se me notaba la pobreza en mi pero eso no me molestaba era mi destino y eso complejos me eran totalmente patético no iba a dejar que me afectara si lo era era pobre y que ellos se burlaran no hacia ninguna diferencia. Fui a la biblioteca y saque unos libros iba leyendo uno cuando de repente choque con alguien que me mandó directo al duro suelo. — ¿ Que demonios?— murmuré al sentir el dolor recorrer mi brazo. — Te más cuidado ciega— hablo con frialdad. — Él que debería tener cuidado eres tú — respondí irritada ya que me golpee bastante fuerte el brazo. —No soy el que va sin ver el camino, por estar metida en tonterías poética como poesía clásica oh déjame ver mi chica revolucionaria de Diego Ojeda— menciona con burla. — ¿ Tonterías poéticas?— sentí tanta furia como ese Playboy de porquería como se atreve a hablar de mis gustos por la poesía — la única porquería que veo es a ti, no te metas con mi lectura estoy segura que tú cerebro solo te da para prostituirse y nada más— lo empujó y trato de irme pero me veo detenida. — ¿ Cómo me llamastes? — pregunto demasiado serio. — Ahora resulta que también es sordo, oíste muy bien como te llame si tienes problemas con la audición ve que te re reviven— trato de soltarme pero este me aprieta más el brazo y si mirada es de pura furia. — Yo no permito que nadie me hable así — se acerca mucho más a mi y reaccione rápidamente dándole con la punta de mi tacón en la rodilla cuando me solto maldiciendo el dia de mi nacimiento me alejé. — Y yo menos permito que alguien me hable así y se meta con mis gustos y menos alguien como tú no te metas conmigo y te vuelvas a atrever a tocarme bastardo— me di vuelta y me aleje mientras las personas susurraban que me había metido en problemas con Jordin. Yo sabía quién era él lo conocí cuando estuve aquí antes, creo que no me reconoció la verdad es que no estuve mucho tiempo un año y medio en ese tiempo él y sus amigos me hicieron la vida de cuadritos por ser becada y más joven y inteligente qué ellos, ahora estoy segura que creyeron que me fui por su causa pero no fue asi. Pero tampoco me importa si eso es lo que piensan. Que se queden con esa idea. —Suélteme, esa estúpida va a lamentar este día — gruñe alejándose caminado cojeando y maldiciendo. —Te veo molesto, deberías de sacar un poco de estrés, ves mira ahí está Vanesa ya sabes que te tiene ganas así que por qué no vas con ella. Me pongo de malas al ver tu cara amargada y eso también me saca de quicio. No quiero soportar te— menciona con seriedad. —Cállate no quiero escucharte — menciona con seriedad. —¿ Que te paso ?— pregunta cuando le llega una notificación de mensaje y en eso ve un vídeo primero está sorprendido pero luego suelta una risa y mira a su primo con una sonrisa burlona — Ah ya entiendo que te tiene así — ríe mostrándole el vídeo — eres tendencia. —¿ Que? ¿ De que hablas?— pregunta cogiendo el teléfono casi lo rompe con sus manos cuando terminó de ver el vídeo. —Jajajaja te golpeó una mujer tan pequeña— ríe mientras le arrebata el celular. —Cállate Jackson esa estúpida va a lamentar esto— aprieta los puños con mucha fuerza. Cuando me estaba preparando para ir a trabajar fui llamada a la oficina del director, y eso era extraño supuestamente no tengo que ver a ese hombre ya que el no es el que me contrata. Toque la puerta y espere a que dieran permiso para entrar. Cuando lo recibí había un hombre mayor sentado en la silla de un escritorio, tenía una mirada bastante desagradable en su rostro. —¿Me mando a llamar?— pregunta con seriedad. —Si, señorita Brown — responde dándole una mirada al cuerpo de la joven para ser delegada se ve bien. —¿Y eso sería?— pregunta con una sonrisa falsa mientras espera que hable y deje de ver su cuerpo. —Está despedida — menciona con seriedad. —¿Que?— pregunta levantándose rápidamente de la silla pero como me van a sacar del puesto si no he hecho nada malo. —No me interesa lo que diga deje las cosas que se le otorgaron y abandoné las instalaciones. —Esto no es justo no he hecho nada malo y usted no puede despedirme— menciona exaltada. —Si puedo hacerlo, pero se ve que necesita el trabajo entonces podemos hacer un trato — menciona con una sonrisa profunda. —¿Que trato?— pregunta con seriedad. —Bueno no la puedo dejar trabajando aquí de todas formas, pero si se vuelve mi amante le pagaré bien — sonríe mientras se levanta y se acerca. —¿Su amante?— pregunta con sorpresa. —Si, mi amante — responde ya mucho más cerca de ella.
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