En la fiesta de bodas todos conocían a Alejandro Valdivia, pero nadie conocía a Samira. Todos creyeron que se trataba de una mujer extranjera dueña de algún conglomerado y que se casaba porque la había embarazado.
Pero Alejandro les dejo bien claro que estaba con Samira desde hace años atrás, y que ahora era el momento de contraer matrimonio.
Poco a poco los invitados fueron dejando el salón donde se está celebrando su unión, el sacerdote había comido y bebido todo lo que quiso junto a su asistente y ya se había marchado.
Alejandro los despedía a sus invitados y daba las gracias por asistir a su boda que aunque pequeña comparado a la boda que tuvo con la madre de Hugo y Matías, está estuvo igual de glamorosa. Alejandro le hubiese encantado que sus dos hijos estuvieran ahí celebrando su
