— Pensaba que los empleados que se asignan a mi jet, eran personas profesionales pero veo que estaba equivocado—Se escucha una voz aguda con tono molesto, detrás de la cortina que tapa la pequeña cocina.
Esa era la voz inconfundible del magnate mas codiciado de Manhattan, Alejandro aparece detrás de la cortina, él la echa a un lado para ver a la cara a la azafata descarada.
— ¡Señor Valdivia!¿Qué se le ofrece? ¡No tenía que venir hasta aquí, yo iba a llevarles unas toallas para el cansancio! —le dice Cloe con la esperanza de que él no haya escuchado más que la última parte de la que ella hablaba con Tito.
Pero para su mala suerte Alejandro había escuchado todo de principio a fin.
—Pense que podía ir y venir cuando me plazca en mi propio avion...No creí que necesitaba de su aprobación s
