Con decisión toqué a la puerta para, seguidamente, posar mi mano sobre el picaporte de esta.
Tras recibir un > por parte de mi padre, entré a la que me resultó la sala más fría del momento.
El ambiente que allí se respiraba era tan inexpresivo como incómodo.
Dudosa, me senté en la silla que había enfrente de la mesa, con el CEO al otro lado.
- Hola papá – le saludé poniendo una mueca la cual era lo más parecida a una sonrisa.
- Aquí no me digas "papá", llámame Lee Hyun Sung o Sr. Lee.
Yo asentí sin decir nada al respecto – aunque tuve que morderme la lengua para no decir barbaridades de las que luego me arrepentiría -, no quería discutir o crear una pelea en la que solo yo saldría perdiendo. Además, ya sabía cómo era mi padre en el trabajo, ahí sí que daba completamente igual la relación que tuvieras con él.
Todo el mundo tenía que llamarle de la misma forma.
- Pa... - carraspeé la garganta para no terminar de decir aquella palabra – Sr. Lee – suspiré - ¿Por qué me ha llamado para venir a su despacho?
Él se removió en la silla algo incómodo mientras buscaba las palabras adecuadas y, a su vez, juntaba las yemas de sus dedos con las de la otra mano.
Y si hace eso, no será una noticia buena para mí.
- Llevo bastante tiempo recapacitando sobre lo mismo. Probablemente es una idea que no te guste en absoluto, pero como CEO, es lo que he decidido y lo que creo más conveniente.
Mi expresión se tornó cada vez más curiosa, y aquello no pasó desapercibido para mi padre.
- Iré al grano. Quiero que formes parte, como la octava integrante, de mi grupo idol más famoso del momento.
El silencio reinó en la sala por unos segundos. Segundos que fueron eternos tanto para el hombre que había enfrente mía como para mí.
- ¿Qué? – solté sorprendida – Papá – noté como inclinó la cabeza a la vez que arqueaba las cejas tras escuchar esa palabra, yo por supuesto suspiré – Sr. Lee, sabe que no estoy para nada interesada en la industria del entretenimiento. Ni siquiera escucho música asiática ya sea kpop, jpop, Thai pop o cualquiera de estos géneros musicales. No me gusta el mundo de los "idols" y por supuesto no quiero formar parte de él.
En realidad, y en general, no solía escuchar música sea del tipo que sea. Lo sé, soy muy rara. Tal vez de las personas más extrañas que conocéis, pero aquello es algo que abandoné cuando tenía doce años. Claro que seguro os hacéis una idea de la razón por la que lo dejé: mi familia.
Antes componía canciones, aprendí a tocar algún que otro instrumento gracias a mi padre, entre otras actividades musicales que hacíamos juntos. Pero el "Sr. Lee" se fue a Corea por la música, por supuesto eso para mí fue abandono. Tiempo después mi madre comenzó a odiar la música por mantener separada a la familia y, finalmente, yo hice lo mismo abandonando todo mi interés en esta.
- (TN), incluirte en el grupo tiene varias ventajas – yo le observaba sin entender nada, él sabía perfectamente lo que yo odiaba la música – Conocerás gente maravillosa, tendrás algo que hacer, podrás ganar bastante dinero para salir con Kim Min So o con quien quieras, por supuesto que para la empresa serán también buenas noticias: incrementarás nuestra popularidad-
- ¿Por qué? – interrumpí.
- Los grupos mixtos en nuestra industria son casi impensables, imagínate la de publicidad y noticias que harán cuando sepan que el grupo más famoso del momento tiene un octavo integrante y no solo eso...sino que el integrante será una chica – explicó como si esta fuera la idea del siglo.
- No Sr. Lee, ¿por qué me hace esto? Sabe cuánto odio esta industria – solté entrecerrando los ojos. Hablarle de usted me era bastante complicado a la par que absurdo.
Mi padre soltó un suspiro largo mientras pasaba su mano por el pelo.
- No puedo dejar que estés en casa sola durante tanto tiempo. Eso solo hará que pienses y le des mil vueltas a todo lo que ha pasado. Lo hago por ti, hija. – aunque aquellas palabras me tocaron en corazón, no llegaba a creérmelas del todo.
- No tiene que preocuparse por m-
- Además, tienes que estar a mi nivel.
El silencio que se originó ahora era mil veces más incómodo y largo que el anterior.
- Ahora lo entiendo.... – solté una risa irónica – todo esto lo haces por ti. No has cambiado – le miré con la expresión más sombría que podía poner en ese momento.
- No permitiré que me hables así – dijo señalándome con el dedo índice.
- Lo único que quieres es que nadie hable mal a tus espaldas, eso le daría mala imagen a la empresa y tu reputación caería en picado. También, haciendo esto, te libras de tener que encargarte de mí, aunque por supuesto que ese trabajo le tocaría a la decena de sirvientes que tienes. Además, ¿la hija del gran CEO Lee Hyun Sung sola en casa? ¡No! Por supuesto que no, con eso los periodistas podrían inventar diez noticias diferentes para intentar arruinarte. No pienso entrar en tu juego papá.
- Ya es demasiado tarde. Terminarás agradeciéndomelo. – respondió con una sonrisa triunfal.
- ¿Por qué haces esto? ¿De verdad te importo tan poco?
- Claro que me importas, y más de lo que piensas. Es por eso que hago esto.
- Solo piensas en ti.
La rabia estaba creciendo de una manera tan rápida dentro de mí que no sabía cuánto tiempo más iba a aguantar sin golpear algo o tirar alguna cosa contra el suelo. Eso por lo hablar de gritar y decir cuatro barbaridades.
- Yo ya te he comunicado la noticia. Ahora solo te toca empezar a trabajar.
- No pienso hacerlo.
- Claro que lo harás – sin dejarme responder, pulsó un botón sobre su escritorio y, segundos después, apareció la misma mujer que me había guiado hace un par de horas.
Era delgada, típico canon de belleza coreano, tenía una larga melena color n***o puro. Vestía una falda de tubo por encima de las rodillas, de color rojo y una blusa beige de manga larga. Sostenía con torpeza unos papeles sobre sus brazos, pegados al pecho.
- ¿Me ha llamado Sr. Lee?
- Secretaria Minji, esta es mi hija, Lee (TN) – se dirigió a mí – ella se encargará de llevarte con los chicos para presentártelos y explicarte lo básico acerca de la empresa.
- Pero pap- me interrumpió mientras agitaba su mano para que Minji me sacara de allí.
- Acompáñeme señorita Lee, le mostrare las habitaciones más importantes de esta planta y le llevaré junto a los chicos.
Sin poner mucha resistencia, me dejé llevar por la situación. Probablemente la secretaria Minji estuvo alrededor de una hora enseñándome las distintas salas, gran parte de ellas eran para ensayar o grabar voces. A pesar de todas las explicaciones que me dio, mi mente estaba en las nubes, dándole mil vueltas a todo lo que estaba pasando e intentando procesarlo.
- ¿Me estás escuchando? – aquella pregunta hizo que saliera de mis pensamientos.
- S-Sí – afirmé no muy segura.
- Perfecto, pues aquí dentro se encuentran los idols del momento. Espero que os llevéis bien, son muy agradables – hizo una mueca lo más parecida a una sonrisa amable. Se nota que era novata trabajando como secretaria.
Fue cuando ella puso la mano sobre el picaporte en el que reaccioné y me di cuenta de que aquella sala...
- Hola chicos – dijo felizmente la empleada.
- Hola señorita Shin Min Ji – respondieron a coro mientras realizaban una reverencia.
Aquellos chicos eran los que me habían dado las indicaciones para llegar hasta la oficina.
- Por órdenes del CEO, tengo que presentaros a alguien muy importante.
Noté como alargaron sus cuellos para mirar detrás de la secretaria.
- No seas tímida, entra – me dijo la señorita Shin.
- ¡Oh! – exclamaron alguno de ellos al reconocerme.
- Ella se llama Lee (TN) – yo hice una reverencia hacia ellos y ellos la correspondieron con otra – ellos son Seokjin, Yoongi, Hoseok, Namjoon, Jimin Taehyung, y el más pequeño, Jungkook. Ellos se encargarán de enseñarte poco a poco el resto de la empresa, ensayos, y por supuesto todas las dudas que tengas podrás hacérnoslas a cualquiera de los aquí presentes.
Yo asentí sin decir nada más.
- ¿Puedo preguntar algo señorita Shin? – dijo el que creo que se llama Namjoon.
- Por supuesto.
- No es una molestia para nosotros enseñarle el lugar, pero, ¿por qué? ¿Es una nueva idol que debutará? ¿Actriz? ¿Modelo de la empresa? – me miró a mí – sin ofender, solo queremos saber quién eres.
La secretaria se rascó nerviosa la cabeza y suspiró. Eso nos puso más nerviosos a todos, incluida a mí, y eso que ya sabía la noticia.
- Ella es la hija del CEO Lee – los chicos me miraron con curiosidad, seguro que ni siquiera sabían que su jefe tenía una hija – y...será m*****o de vuestro grupo.
Obviamente, ninguno de los presentes ocultó su sorpresa y con ello, el caos llegó.
- ¿¡Qué!? Debe de haberse confundido, es imposible que hagan debutar a un octavo m*****o en nuestro grupo – respondió el mismo chico.
- Y menos aún una chica. Eso casi que va en contra de todas las reglas de clasificación por sexo que hay en la industria. Una chica con nosotros puede ser motivo de disolución del grupo. – comentó uno de los más bajos, creo que Yoongi.
- El que tomó la decisión fue el CEO, yo no tengo nada que ver, puedo programaros una cita con él para que habléis sobre el tema.
- No podemos esperar tanto, necesitamos respuestas ahora.
Se le notaba bastante molesto y lo entiendo. Por lo que he escuchado, llevan bastantes años en la industria y de ellos, los últimos tres años se han mantenido en lo más alto. Una nueva incorporación a estas alturas y para colmo, una chica – cuando eso es motivo de escándalo – puede ser algo desastroso.
Seguimos a los chicos hasta el despacho, mientras la secretaria intentaba impedírselo, pero obviamente no tenía la fuerza suficiente para frenarlos.
- Sr. Lee, queremos una explicación. ¿Cómo que habrá una octava integrante en el grupo? Además, es una chica, ¿usted ha pensado en la de escándalos que van a haber? Para colmo, seguro que perdemos a muchos seguidores y a otros los pondremos en nuestra contra.
- Claro que lo he pensado chicos – dijo sin sorprenderse por la ruidosa entrada – pero eso es bueno, ¿verdad? – se echó hacia delante en su silla y comenzó a jugar con un bolígrafo – ya sean noticias buenas o malas, todo eso es publicidad gratis para nosotros. Puede que nuestra reputación baje un poco, pero gracias a la cantidad de seguidores que conseguiréis, esta volverá a subir con rapidez. Se de lo que hablo. Todo esto lo he hecho pensando en las ventajas y desventajas de añadir un nuevo m*****o.
- Pero ante tal decisión, debía de habernos consultado.
- Lo sé, y me disculpo por ello, pero también sabía que estaríais completamente en contra. Hay que tener una vista más general y sé que vosotros no tenéis de eso aún. Sois jóvenes y os queda mucho camino por delante, a la vez que cosas que aprender. Dejadme manejar esto a mí, vosotros solo seguid con vuestra parte del trabajo. Se terminó la conversación.
- Pero... - comenzó el tal Namjoon, quien había estado hablando todo este rato.
- He dicho que se acabó – el semblante serio de mi padre hizo que todos nos diéramos la vuelta saliendo de la sala.
- He intentado frenarles Sr. Lee, pero me ha sido imposible – escuché a la secretaria Shin decir eso.
- No se preocupe, sabía que pasaría esto. Aún así no pienso cambiar de opinión. Estoy seguro de que esto serán más que ventajas dado al gran número de seguidores y colaboradores que tenemos.
En silencio, nos dirigimos a la sala de ensayo.
- Asimilad la noticia, cuanto antes lo hagáis, mejor para todos. Ya sabéis que las decisiones de nuestro CEO son inquebrantables. – comentó la señorita una vez que entramos en aquella habitación. – Pronto os entregaré el nuevo informe con los cambios y las nuevas tareas a realizar para hacer un buen debut.
Ellos solo hicieron una reverencia a la que yo me uní con retraso. Seguidamente la secretaria se fue dejándonos solos a los ocho.
El caos llenó la sala.
- No puede ser – suspiró uno de ellos. No recordaba su nombre.
- Ahora que todo iba tan bien, ¿nos ponen esto? – se quejó Jimin, creo.
- Yo, - comencé a decir mientras notaba como si cientos de ojos se posaran sobre mí.
- Eres una fan, ¿verdad? Seguro que usaste tu influencia para entrar en el grupo.
- Tal vez sea una sasaeng – un escalofrío recorrió el cuerpo del chico – son horribles – me miró de arriba hacia abajo.
- ¿Creéis que haría algo así? No estoy para nada interesada en la industria musical. Ni siquiera se quienes sois.
- Algo parecido dijo una sasaeng cuando se "coló por accidente" en nuestra furgoneta – comentó Jungkook.
Era imposible. El ambiente era tan malo que diga lo que diga, sería usado en mi contra. Lo mejor en este momento era irme del lugar.
- Mejor me voy – solté girando sobre mí para dirigirme hacia la puerta.
- Descubriremos que intenciones tienes y haremos que renuncies al grupo. No podemos echar a perder todo el trabajo que hemos realizado – comentó Hoseok.
A pesar de ser una amenaza, no sonaba como tal. Este pronunció las palabras de forma calmada.
Pero nunca imaginé cuán verdad sería aquello.
***
Me encontraba tumbada en mi cama mirando hacia el techo. No entendía lo que estaba pasando, no podía procesarlo.
Mi padre estaba convencido de que esto serán ventajas para el grupo, la empresa y para mí, pero, por otra parte, para mí esto solo era una excusa para mantenerme entretenida, escándalos por doquier y discusiones con los chicos del grupo.
Salí de mis pensamientos cuando alguien tocó con los nudillos la puerta.
- ¿Se puede?
Aquella voz...
- ¡Park Soo Min! – grité levantándome de golpe de la cama y abrazándole sin pensarlo ni un segundo.
Es un hombre mayor que mi padre, rondará los 45 años. Él era lo más parecido que tenía a un amigo cercano. En principio era mi niñero y luego se convirtió en mi "hermano mayor". Ahora sigue trabajando en la casa como jefe de los mayordomos. Es algo así como la mano derecha de mi padre.
- ¿Cómo has estado mi niña pequeña? – dijo mientras me revolvía el pelo.
- Ya no soy pequeña – respondí separándome de él y recolocando los mechones de mi flequillo.
- Tienes razón, has crecido muy rápido – comentó mientras me miraba con nostalgia.
- Hace un par de días me enteré de tu llegada a Corea.... – su voz se apagó - ¿Cómo estás?
Yo agaché la cabeza, era obvia la respuesta, cosa que, ante mi silencio, Soo Min entendió a la perfección.
- Era y es una mujer maravillosa. Mientras la recordemos, seguirá viviendo. – dijo mientras me volvía a abrazar.
Yo correspondí su abrazo mientras seguía en silencio.
- Ahora nos tienes a nosotros, y a las personas nuevas que conocerás.
- ¡Uff, no no! Ya he conocido hoy a siete personas que me habría gustado no tener que hacerlo.
- Te refieres a los chicos de tu padre, ¿verdad? – respondió en un suspiro, como si algo malo fuera a suceder.
- Si, supongo que él te habrá comentado que "formaré parte de ese grupo idol" – dije con burla y exagerando las comillas.
El asintió mientras apretaba los labios.
- Lo cierto es que... ¿conoces como es la vida idol? – yo negué con la cabeza, cosa que no le sorprendió en absoluto. – Pues verás, una de las normas generales, es que todos los miembros de un mismo grupo deberán vivir en el mismo lugar.
- Bueno, ya vivimos en Seúl.
- En el mismo piso.
Espera. ¿¡Qué!?
- Tienes que hacer tus maletas, otra vez – respondió en un suspiro.
El mundo se me caía a pedazos.
Espero que os esté gustando la historia ♥
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Hasta pronto!!