Punto de vista Xavier Parpadee lento al sentir que una pequeña pero muy áspera lengua estaba invadiendo mi nariz, «Pero ¿Qué coños?» pensé. Mientras mi cerebro conecto con mis sentidos, recordé que mi mansión había sido invadida por dos seres demasiado especiales, uno de ellos, era copito, el bendito gato que Julia adoptó para vivir con nosotros. Quise apartarlo de un solo golpe por la molesta rinitis que me causaba, pero por fortuna recordé, que tengo demasiada fuerza y un solo empujón al animal, hubiera sido fatal para él. Así que con delicadeza lo tomé de su pequeño cuerpecito y lo puse a un lado, me giré para ver al otro ser especial y si que era especial, Julia yacía dormida boquiabierta sobre la almohada, jamás vi dormir a alguien con tanta profundidad y tranquilidad. Me re