Punto de vista de Xavier Después del gran golpe que le dimos a Irina, las cosas parecían que iban en calma, tenía absolutamente a todos mis hombres trabajando, se movían de un lado a otro para que los cargamentos de mi mercancía no se perdieran por el camino, y comenzamos a ejecutar rutas más fuertes para que Irina y sus secuaces no nos cogieran con las manos atadas. Así fue pasando un mes, y de ella, solamente sabía a través de sus propias llamadas, en donde seguía jurándome una amarga guerra, y recordaba en cada momento que el tiempo iba corriendo para aceptar su nefasta propuesta de acostarme con ella o por el contrario acabaría con Julia y mi padre, pero yo ya estaba preparando todo para protegerlos. Sin embargo, en medio de todo lo que rodeaba mi cabeza respecto a esa situación, h