—¡¡Alec, no lo se!!— Vuelve a responder por cuarta vez la rubia desde el sillón de su cómoda y ahora renovada habitación. —¿Pero estas segura?— Chasquea la lengua. Cierra los ojos, lo que Valentina le acababa de contar, no era una novedad para él, el problema en realidad era, qué no tenía ni la menor idea de cómo su hermano mayor podía llegar a reaccionar. —Te digo que me dejo directamente acá, y que Nicolas ya estaba acá— Levanta su mano y peina su flequillo. —No puede ser— Se queja aterrado. Ella infla su pecho, ahora la culpa volvía a ser una parte de su cuerpo. Más aún, mirando a su amigo ponerse de ese modo. —Supuse por sus ojeras que no había dormido, pero no creo que el café y esos gramos que le metió fueran buena combinación...— Bufa y muerde su labio mirando a su amigo por