—Termina de lavarte la cara, das asco. —omití las otras razones por las que verdaderamente había decido quedarme en Trensville, ella no necesitaba más preocupaciones. Suficiente tenía con sus constantes ataques de pánico.— Y no, no estoy obsesionada. Deja decir estupideces. Volvimos con las dos criaturas, encontrando un baño de sangre causado por los zorrillos desollados a un lado. —No tardarán mucho en venir por ella. —Éter afilaba sus uñas con una roca, el sonido chirriante causaba espasmos en Louisa. —Lo sé. Nox habló muy tranquilo, sin darle importancia al asunto. Cosa que me hizo sentir enardecida. —¿A qué jugamos exactamente? No entiendo de qué nos sirve escapar si quieres que le quite la corona a Hera. —Ya no puedes quitarle la corona nadie, al juramentarte como mi presa per