Sangre, había mucha sangre.
Ví rojo en todos lados.
Nox me apretó contra él y me sacudí chillando con tanta fuerza que creí que perdería la voz en algún momento.
El líquido rojo bajaba desde el abdomen atravesado de mi amiga hasta la tierra bajo sus pies. Intenté soltarme, no pude, el pelinegro me tenía inmovilizada. Seguí gritando contra la palma de su mano que amenazaba con partirme la cabeza en dos, ya que me apretaba con mucha fuerza. Éter se acercó de nuevo a la pelirroja que parpadeaba presa del pánico, sus manos tocaron el metal que la tenía ensartada y lloró.
Su compañero la desencajó de la lanza y más sangré se fugó, era demasiado. Iba a morir, ningún ser sobrevivía a algo como eso.
Me maldije.
Mi mejor amiga estaba muriendo por mi puta culpa.
Éter se sentó en el suelo co
