No puedo dejar de pensar en cada palabra que me hizo escribir para aprender la después, contó básicamente una historia de cómo nos conocimos solo menciono que le diera más emoción como hacían las chicas cuando se enamoran, "tú lo estás no te costará" aún creo que en su voz se notó algo distinto cuando menciono eso.
Creo que no olvidaré ese almuerzo al ser el casi único donde me he sentido incómoda, su mirada solo me quemaba no dejaba de seguir ninguno de mis movimientos y puedo deducir que apretó sus manos cuando hablé con un mesero, era lindo pero no a la altura de Matthew, él es más lindo.
Dudé por un segundo en que la amistad entre la familia de Matthew fuera buena, pero quién soy para juzgar si yo no los conozco.
Dejó de pensar en todas las cosas cuando veo a Matthew detrás mío, miro su reflejo en el espejo notando su cambio de traje, ahora portando un color diferente que combina a la perfección con el color del vestido que tengo, color vino mientras él tiene un traje n***o apuntando al vino.
Sus manos se forman puños que resaltan sus venas dejando un cosquilleo en mi abdomen por eso sonrió para él y bajo mi vista, no creo estar lista para esto. Es decir nunca he estado lista para nada de esto, cómo estarlo si es como un sueño tener a un amor platónico a centímetros, es casi imposible que algo así suceda. Nunca creí que llegaría a este punto, al punto de conocer a su familia, mi familia no existe prácticamente ya no tengo a nadie.
Siento sus manos cubrir mi cintura provocando que mi corazón de un vuelco enorme al punto de casi no bombear, su cabeza se dirige a mi cuello hasta el punto de sentir sus labios rozar mi piel, me muevo un poco pero él no se detiene y planta un beso.
Me salgo de su agarre y me doy la vuelta encarandolo notando los pocos centímetros de distancia que nos alejan. Repaso saliva tratando de que mi boca no esté tan seca pero aun así no funciona.
— ¿Te gusto? —.
Que si me gusta, claro que sí cómo podría justificar que cada día se me saldrá el corazón del pecho al mirarlo a los ojos, al sentir solo su presencia en la habitación, mi mundo se da vuelta al no tenerlo cerca y mis pensamientos solo están en el, aunque por las repentinas manifestaciones de mi cerebro que solo quieren darme a entender que es un deseo del cual cuando lo alcance lo desecharé como a una baratija.
— Eh....si —.
Digo nerviosa, me muestro neutral aunque por dentro esté hecha un desastre. Una sonrisa se muestra en sus labios mientras mis mejillas aún están ardientes por el sonrojo que opaca la palidez de estas.
— Cuando lleguemos a la casa de mis padres... —. Se acerca a mi sin impeditud logrando que me vuelva a sentir pequeña, cada una de sus palabras sale ácida como si lo que dijera no le agradara, en serio odia a sus padres. — Solo hablarás al menos que lo quiera, no quiero que hagas nada que pueda humillarme, quiero que seas una esposa perfecta ese es tu deber aquí, entiendes —. Asiento sin mirarlo aun creyendo en lo mínimo de interés que siente en mi, solo soy un pase de eso estoy segura.
Aunque no lo quiera, lo soy.
— Está entendido —. Afirmó.
— Bueno, será mejor irnos es un largo camino para llegar hasta allá —. Asiento aún gacha y levanto mi rostro cuando él avanza, caminamos entre los pasillos.
Miro el vestido liso y sutil que solo deja al descubierto mis hombros, cae hasta mis rodillas viéndose totalmente elegante, unos tacones conservadores de 5 cm de alto. El traje de Matthew se ajusta a su cuerpo permitiendo que su notificado cuerpo se dé a relucir en este.
Se detiene rápidamente provocando que me estrelle en su espalda, voltea a verme bajando su vista hacia mí.
— No te muevas —. Me quedo quieta acatando su orden, pasa sus manos por mi cuello y cierro mis ojos. — Este collar es una reliquia familiar —. Abro mis ojos mirando lo cerca que se encuentra de mí dejándome ver sus ojos color avellana mirarme con algo que un destello brillozo que no entiendo, me muevo un poco cuando sus manos se acercan a mi cuello pero su voz me detiene. — Aún no te muevas —.
Trago duro mientras me quedo aún en mi lugar, la cercanía de Matthew incrementa, siento su aliento chocar con el mío hasta el punto de sentir sus labios sobre los míos. Nuestros labios se mueven en un único compás, liderando los movimientos de Matthew, mi corazón explota de forma despavorida hasta el punto de casi salirse de mi pecho. Mis manos toman vida propia y pasan por su cuello hasta llegar a su cabello, miles de cosquillas abarcan mi estómago envolviendo me de un sentimiento que hace mucho no sentía; amor.
Se separa de mí lentamente con la respiración agitada al igual que la mía, lo miro lentamente y saca algo de uno de los bolsillos de su traje. Agarra mi mano y me pone un anillo hermoso lo miro y él hace lo mismo, duramos un tiempo así hasta que reaccionamos cuando el celular de él suena.
— Te espero abajo —.
Es lo último que dice antes de contestar, me recargo en la pared para no caerme agarrando fuertemente mi pecho al escuchar mi corazón latir desesperadamente sintiendo que este sale de mi, suspiro mientras mi mente se va a la escena de hace pocos segundos y mi mano subconsciente se pone en mis labios mientras mis mejillas se encienden volviéndose rojizas.
Cuando logró calmar mi sonrojo y mi corazón bajo las escaleras y me pongo al lado de Matthew el cual al verme quita su vista de su celular para darme una sonrisa, mi brazo es agarrado por él para pasarlo por debajo del suyo entrelazando ambos brazos.
El camino hacia la casa de sus padres fue largo, y solo me dedique a estar viendo mis r************* en mi celular encontrándome con los cientos de mensajes de Ian que pedía que nos viéramos los cuales no respondí al estar al lado de Matthew, se que miraba cada uno de ellos y solo decidí seguí viendo publicaciones que aparecían en i********:.
Al momento de llegar no soy consciente del todo a mi alrededor por haberme dormido, los suaves toques de Matthew provocan que despierte miro como me coloca mechones detrás de mi oreja hasta que se separa de mí cuando ve que estoy despierta.
— Ya sabes lo que debes de hacer no lo arruines —.
Asiento mientras me estiro a su lado miro a mi alrededor encontrando una acogedora casa nada comparado con donde vive es más rústico mientras que la casa de Matthew es más moderna.
— Ahora sonríe y muestra lo mejor de ti, yo me encargo de todo lo demás —.
Entrelaza nuestras manos por segunda vez en este día, un cosquilleo en estas hace que me desconcentre de lo demás al sentir la electricidad de esta recorrerme.
Él comienza a avanzar arrastrándome al yo seguir con mi vista en nuestras manos notando lo pequeña que es la mía a comparación de la de él. Aprieta mi mano y levanto mis ojos mirándolo, sonrió y él me regresa la sonrisa, abre la puerta y me deja entrar primero.
Al entrar miro a mi alrededor encontrando las escaleras pegadas a la pared, la pintura clásica y sencilla igual a como está afuera, seguimos caminando encontrándonos ahora a su familia dos hombres jóvenes me miran al igual que tres mujeres y una niña pequeña. Las palabras de Matthew llegan a mi cabeza y solo bajo mi vista "Todos los que estarán ahí son hijos de diferentes madres al igual que yo", miro al único que parece mayor en el lugar y luego a una de las que se encontraban sentadas la cuál se para y camina al lado del hombre.
— Te estábamos esperando hijo —.
La mirada del hombre recae en mí tan impotente y egocéntrico al igual que Matthew sus rasgos son tan idénticos aunque él sea más grande su cabello apenas y llega a tener una que otra cana, su compañera de al lado me sonríe y saluda con una sonrisa, le corresponde igual y me presentan a cada uno de los que hay en la habitación.
Margot, Niall, Ruth y Allegra.
Cada uno me examinó y sonrió, cada uno tiene rasgos diferentes "solo dos de ellos son hermanos completamente al ser de la misma madre", sus palabras me dieron a entender que Niall y Ruth son los hermanos mientras que Margot fue hija del segundo matrimonio y Allegra es del actual básicamente porque me la presentó como la princesa de la casa tanto el señor Perry como Lottie, así me permito llamarla.
Después de eso todos pasamos al comedor, en cada momento tenía la mirada de todos en mi Matthew fue él que mayormente hablo, les hablo sobre mi carrera de Psicología y mis intereses en la escritura tanto como en los instrumentos, tanto como yo quede asombrada, de mi parte porque supiera todo eso y por la parte de ellos por todas las cosas que me interesan y cada una de ella es verdad.
— Lucia, ¿cómo se conocieron? —.
Parpadeo recordando la palabras de Matthew "Nos conocimos en el internado, nos volvimos a reencontrar hace unos años y inventa lo demás yo te seguiré el juego", el apretón en mi muslo hace que regrese de mi viaje astral, miro atenta la mano de Matthew que está posada en mi muslo apretando levemente la zona, aclaro mi garganta y levanto mi vista con una sonrisa.
— Nos conocimos cuando Matthew entró al internado en Australia yo fui la encargada de darle el recorrido por las instalaciones, al principio fue distante y un poco patán, —. Rió por eso mientras niego por que enserio lo es. — nos hicimos amigos y al graduarse perdimos contacto cada quien tenía que ocuparse de sus cosas, pero hace unos años nos volvimos a encontrar en Londres en un viaje de negocios que él tuvo, —. Mencionó al recordar alguno de los lugares que mencionó Raquel la secretaría de Matthew. — después de eso nos volvimos a encontrar el año antepasado en Australia y ahí comenzó todo al principio fue frío y a veces irritante pero cuando amas a esa personas los defectos no te interesan solo los amas, se puede decir que estuve enamorada de Matthew desde que era una niña pequeña —.
Terminó de decir las cosas y sonrió con mis labios dejando todo mi nerviosismo a un lado, la madrastra de Matthew me mira con una gran sonrisa al igual que sus tres hermanastras a excepción de su hermanastro que me mira tratando de descifrar algo, hasta yo misma pienso que a descubierto la farsa de matrimonio.
— No te creo... —. Suelta Niall al final dejando que mis nervios vuelvan a resurgir. — Matthew es más frío que un iceberg y nunca ví que tuviera interés en alguien —. Finaliza y siento como Matthew agarra mi mano.
Mi corazón late con fuerza al sentir su mano junto a la mía, mis sentimientos son tan imposibles de controlar con él cerca de mi.
— Niall guarda silencio —. Demanda Marcello el padre de Matthew. — Tu no puedes opinar si no has tenido alguna relación, yo tenía la misma actitud con la madre de Matthew y ella aún me amaba al igual que ella lo ama a él, aún recuerdo sus palabras "Tus defectos no me importan, esos son los que más amo" —. Las palabras de su padre hacen que mi corazón se pare miro a Matthew notando una lágrima en su mejilla. — Cuídala hijo esas son muy escasas —. Al final de eso noto como sé para Matthew y abandona el lugar dejándome ahí sola con la mirada penetrante de Niall.
— Se ha de ver ido a su cuarto, ve con él cariño —.
Dice Lottie con una sonrisa, asiento y salgo del comedor, me dirijo hacia donde ví que se fue Matthew y creo que su cuarto es a dónde fueron a dejar nuestras valijas.
Toco la perilla cuando creo haber encontrado el cuarto un ruido se escucha en otra habitación devolviendo mi mano a su lugar debido, miro el lugar examinando de donde habrá sido el ruido pero me es imposible descifrar de dónde provino.
Por segunda vez el ruido se escucha y vuelvo a mirar el lugar hasta dirigir mi vista a las escaleras del tercer piso, mi mente por sí sola comienza a caminar hacia ese ruido mientras pienso en las palabras heladas de Matthew "Nunca subas al tercer piso está prohibido", a lo que solo me deja pensar el ¿por qué?.
Es decir, siempre hay algo del porque hay un piso vacío pero el que esté prohibido no me entra, será algo de su pasado que no me quiera contar, pues claro yo solo soy...como así decirlo una esposa por contrato la cual no quiero ser, bueno si quiero ser su esposa pero no por un contrato, quiero que sea por amor y no importa lo que tenga que hacer para que eso suceda haré todo lo que esté a mis manos.
Al llegar al inicio del piso el ruido es más constante por lo que ahora la curiosidad se apodera de mí y no solo caminó por voluntad de mi cerebro si no porque yo lo quiero, quiero saber el qué o quién provoca que sea así.
El ruido es más constante a cada paso que doy y mis manos empiezan a picar ahora por el nerviosismo de que algo me pase, mi mano se dirige al pomo de la puerta y en un instante el miedo me invade pero lo dejó atrás cuando abro de ella con temor, suelto una exclamación al ver unas fotos tiradas y en la ventana a la persona que a provocado eso, Matthew parece saber que estoy aquí pero aún así ni siquiera se mueve de su lugar para mirarme.
Camino algo temerosa hasta su lugar poniéndome exactamente a su lado, notando como sus oscuros ojos me miran por tan solo segundos.
— ¿Qué fue todo eso? —. Lo miro unos segundos y dirijo mi vista a la ventana al igual que él lo hace.
— ¿Qué?, lo que dije es lo que querías no —. Suspiro y siento su mirada pesada en mí.
— ¿Lo que mencionaste era verdad? —.
— Sobre...que te amo aunque seas algo distante conmigo —. Lo miro al igual que él lo hace y creo que es la primera vez que soporto ese tipo de miradas frías y calculadas.
— No debes de sentir nada por mí —.
— Pero, siento eso por ti y no me da miedo el confesártelo a cada instante —. Tambaleo un poco cuando se mueve, lo sigo con la mirada hasta que doy vuelta sobre mi eje para quedar atrapada entre sus brazos, sostengo su mirada por unos minutos hasta al fin bajar mi rostro hacia abajo al no ser capaz de soportar una mirada tan potente como la de él.
— Terminarás herida —. Vuelvo a mirarlo ahora con suficiente valor.
— Daré todo lo que pueda —. Sus ojos se encuentran con los míos y el silencio abunda en la atmósfera , pero ni es incómodo ni me da dolor de cabeza.
— Solo es un contrato —. Menciona secamente pero no me irrita como siempre al escucharlo hablar así.
— Cambiare eso... —. Su acercamiento a mi espacio personal provoca que me quede sin aire, los nervios vuelven a mí y mis manos sudan como siempre que estoy cerca de él.
— ¿Cómo lo harás? —.
Mi mente piensa en todas las cosas que me han dicho y ningún me convence, las palabras no salen de mi por largos minutos y mi única opción es seguir lo que Camila alguna vez me dijo "Besalo como último intento, llénalo con todo tu amor en ese intento ", mis ojos bajan a sus labios y cierro mis ojos antes de plasmar mis labios en los suyos, muevo mis labios con sutilidad dando cada pizca del amor que siento por él, el beso que solo doy yo sigue y decido el terminarlo cuando él no reacciona, siento sus manos en mi cintura apretándola y apegándome a él al igual que sus labios moverse con más desesperación, unas cosquillas me atacan por todo el cuerpo y siento el agarre incrementar sus dos manos abarcan mis caderas acercándome más aún a él.
Me separo recuperando el aire que perdí, mis manos están en su pecho siendo lo único que nos separa, sus ojos siguen aún fijamente en mí mirándome como si fuera su presa. Junta nuestras frentes y una sonrisa surca de mis labios.
— Así es como lo haré, cada día te demostraré el amor que siento por ti —.
— ¿Cómo sabes que sentiré algo por ti? —.
Niego lentamente.
— No estoy segura de eso, pero me asegurare de que tu corazón lata con fuerza cada vez que me mires a los ojos, cada vez que menciones mi nombre, cada vez que me recuerdes, cada vez que nuestros ojos se miren sentirás como tu corazón quiere salirse al igual como el mío en este instante —.
Lo beso rápidamente para luego deshacerme de su agarre y salir con rapidez del lugar con mis mejillas rojas tanto por lo que dije y al igual por la forma en la que me miraba.