Capitulo 1: el desagradable tipo del festival

1656 Words
Capítulo 1: El desagradable tipo del festival Terminé de arreglar mis cosas en la maleta, en el festival solo nos quedaríamos una noche, me sentía extraña, es decir, nunca había ido a un festival y opinaba que ya había pasado esa etapa, pero la verdad era que nunca tuve esa “etapa alocada” de salir a festivales, así que estaba vez me dejaría llevar, lo necesitaba. Abrí la gaveta al lado de mi cama para agarrar algunas pastillas para la alergia, fiebre o cosas así, estando allá era mejor estar prevenido, pero me quedé por un momento congelada al ver una foto enmarcada de Ángelo y yo, estábamos abrazados en la playa, yo lucía un traje de baño de dos piezas, mi barriga muy grande de 7 meses mientras Ángelo acariciaba mi vientre y me besaba la mejilla, yo tenía una inmensa sonrisa en el rostro que iluminaba mis ojos, creo que nunca fui tan feliz como en ese momento. No sabía lo que ocurriría meses después; el infierno que viví. Boté la foto finalmente en el pote de basura en mi habitación ocasionando que el vidrio del marco se rompieran muchos pedazos pero ya no me importaba, ya eso era el pasado y no quería recordar cosas dolorosas, mucho menos a un hombre que nunca me valoro ni mucho menos tuvo el valor de hacer que las cosas funcionaran, más de una vez asomé la idea de mandar a su mamá a un asilo o comprarle una casa aparte, porque no iba a mentir, ella era la causante de la mayoría de nuestros problemas como pareja, siempre diciéndole a Ángelo cosas malas de mí porque no hacia esto o lo otro, que yo fui la que mató al bebé por andar tomando esas vitaminas que me recomendó el doctor cuando ella decía que tenía que hacerlo al natural… Algo importante que todo el mundo debería saber era que NO debían vivir con la suegra, es decir, al principio podían llevarse bien, pero a la larga traería muchísimos problemas porque su hijo era la luz de sus ojos y la intimidad de la pareja se acababa. Ojalá alguien me lo hubiera dicho antes. Borrón y cuenta nueva, el pasado era el pasado y por más que doliera, el tiempo se había encargado de curar poco a poco, solo cargaba una gran decepción, ni siquiera me felicitó ayer por mi cumpleaños o se preocupaba por saber si estaba bien… pero dos años sin saber el uno del otro porque incluso me había bloqueado de las r************* , así que hasta ese momento supe que todo había acabado y que no había vuelta atrás. Simplemente me borró de su vida y no iba a estar detrás de él, le rogué demasiado la primera vez para poder enamorarlo en nuestro compromiso arreglado, la segunda intentó reconquistarme y lo perdoné por el grandísimo malentendido con su tía donde los vi besarse, pero esta tercera... no, ya no había tercera. Ninguno de los dos doblegaría su orgullo y yo era demasiado hermosa como para seguir mendigando amor. Esta etapa de los 30 era una nueva Kiara Craft, escritora, productora, empoderada y ahora… campista de un festival por una noche, creo que era un nuevo comienzo. Acaricié a Lilo despidiéndome de mi hermoso perrito y se lo di a la vecina, ella me lo cuidaría estos días que estaría por fuera, tomé mi auto y fui al aeropuerto donde me encontraría con Destiny a iniciar mi nueva aventura. *** Sol, mosquitos, tierra, todo era muy molesto, muchas personas alrededor gritaban y parecían completamente alegres o… uhm, drogados de estar aquí. —¡Cambia esa cara, j***r! —me dijo Destiny dándome un leve manotazo en la espalda— disfruta. No era para nada mi ambiente, yo era de las que disfrutaban de estar en una habitación encerrada sin hacer nada en todo el día mas que leyendo una buena historia interesante. No en un lugar abierto lleno de tierra, con hedor a alcohol y ruido por la música estridente. —Me derrito del calor —gemí sintiendo que me iba a desmayar, había muchas personas pintadas, en zancos, globos en todos lados y a lo lejos podía ver la tarima donde me imaginaba tocarían los famosos, y las diferentes atracciones, caminar hacia allá ya me parecía agotador. —Pues quitate esa chaqueta, no seas puritana —dijo Destiny forcejeando conmigo para quitarme mi chaqueta de algodón color gris, me negué pero ella terminó ganando quitándomela, dejándome expuesta con mis cortos pantalones y mi camisa de tirantes, claro, en realidad parecía mucho mas vestida que el resto de las personas de aquí que estaban vestidas como si fueran a ir a la playa, únicamente vestidos con traje de baños, incluso Destiny solo tenia un top y un corto pantalón mostrando su cuerpo delgado y ejercitado. —¡No! —grité al ver que se dirigía a un bote de basura con mi chaqueta— ¡No! ¡No! ¿Qué haces? Botó mi chaqueta ahí, no me hubiera dolido tanto si no fuera la chaqueta que me regaló mi exesposo en el ultimo viaje que hicimos juntos y solos; antes de dar a luz. Era un regalo que atesoraba. —Te digo algo —dijo Destiny señalándome con un dedo—. No vas a lograr soltarlo si no comienzas a botar las cosas que te recuerdan a él. Me quedé muy quieta, bueno, en eso tenía razón, ya había comenzado con la foto, ahora la chaqueta… —Voy a buscar la capilla de alquiler —continuó al ver mi expresión algo contrariada y dolida, pero es que aún se me hacía difícil soltar. —Vale —dije. Esperé a que se alejara un poco y fui al bote de basura para sacar mi chaqueta, puede que la botara después, pero pensando un poco mejor, era la única chaqueta de algodón que tenía y era cómoda para viajar. No quería botarla aún. Cuando me acerqué al bote de basura, un tipo que venía distraído echó una malteada ahí empapando toda la chaqueta del líquido n***o que posiblemente era chocolate y me quedé en shock. —¡No seas tan hijo de perra! —grité llena de frustración, ni siquiera me dio tiempo de agarrarla y rescatarla, ya tenía que darla por perdida… —¿Disculpa? No me había dado cuenta de que el tipo que tiró la malteada en la basura me había escuchado, aun seguia molesta. —Hijo de perra ¿no escuchaste? —solté, puede que fuera mi estado depresivo y emocional que le respondí de esa manera, porque aún no había estado preparada para soltar mi preciada chaqueta, pero no me iba a echar para atrás. Voltee haciéndole frente al sujeto, él tenia una capucha negra cubriendo su cabello, unos lentes y una mascarilla negra con una boca de joker pintada, no iba a negarlo, por un momento me dio algo de miedo, tal vez porque no le podía ver la cara y era por mucho muy alto. —Mira, para insultarme tienes que medir al menos la mitad de mi tamaño —refutó—, las enanas como tu solo son una peste. —¿Me estás llamando apestosa? —refuté. —¿No te habías dado cuenta de que hueles mal? —refutó él quitándose los lentes mostrándome la mirada fija y retadora de sus ojos, me quedé por un momento contrariada, tenia unos ojos grises muy profundos, casi sentí que me exterminaban en el acto volviéndome diminuta y me quedé sin palabras, j***r, hacía muchísimo tiempo que no me quedaba congelada por una mirada intimidante. —¿Todo bien? —se acercó otro chico, era un poco más bajo que el hombresote de ojos grises, pero este no tenía el rostro cubierto, cuando me miró frunció el ceño— ¿Kiara? Miré al sujeto que había intervenido en nuestra discusión y reconocí que se trataba de Vicencio Lacoste, el fotógrafo que conocí en Italia ahora parecía un poco más mayor con la barba creciente y las arrugas debajo de sus ojos, tenía la cámara profesional colgando de su cuello, al parecer venia por trabajo. —Vicencio —dije sorprendida y creo que mi gesto enfadado cambio enseguida a uno más apenado. Joder, solo a mi me pasaban estas cosas. «Siempre pasando pena, Kiara». —No me digas que conoces a esta loca —dijo el sujeto de ojos grises a Vicencio, al parecer venían juntos. —Loco serás tú —refuté, es decir, sabía que estaba un poco loca, pero no iba a tolerar que me lo dijera en ese tono despectivo. —Eh… —dijo Vicencio sin saber muy bien la tensión que existía entre los dos por lo que acababa de pasar— Bueno, sí la conozco, ella es Kiara Craft es escritora de la película de “90 días para conquistarte”. Kiara, él es Eros es… —¿Eres la escritora del libro? —lo interrumpió el sujeto de ojos grises que al parecer se llamaba Eros pareciendo sorprendido. —Si —dije, bueno, era algo de lo que me sentía siempre orgullosa. —No sabía que las escritoras podían estar tan locas como tú —dijo Eros en burla colocándose otra vez los lentes de sol—, me largo de aquí. Se dio media vuelta y se fue, Vicencio pareció algo apenado mirando mi rostro pasmado y sonrojado de molestia. —Eh, fue un placer verte. —dijo con una sonrisa que saltaba de la incredulidad a la incomodidad. Como no, teníamos siglos sin vernos y me tuve que pelear verbalmente con un amigo suyo. —Igualmente —me limité a decir por educación. —Nos vemos luego —dijo y se alejó yendo detrás del desagradable chico de ojos grises y de mirada intimidante. Realmente esperaba no volver a encontrármelos otra vez, en especial a ese tal Eros.
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