Pov Aidán
Me siento en un sillón a analizar todo lo que está pasando, al tipo este lo veo seriamente y lo recuerdo como uno que he tenido que espantar de mi hermana, en muchas ocasiones, no sé su nombre. Es muy persistente por qué vuelve una y otra vez, es un chico que tiene un acento italiano poco marcado, pero si lo tiene, debe ser italiano. Tal parece que le salió todo mal, seguro espero que yo no estuviera cerca para acercarse a mi hermana. Tengo mi fama, no dejo que ningún chico que acerque a mi gemela y todos lo saben, me tienen miedo y eso que no he golpeado a nadie, si lo hubiera hecho me tendrían terror, no ha sido necesario. Mi hermana y yo sabemos como usar algunos métodos para no tener que llegar a los golpes, principalmente yo, mi frialdad al hablar asusta a más de uno y la forma en que los vuelvo a ver lo espanta más. Creo saber ya por donde va la situación, mi hermana es muy joven, ella aún no piensa en enamorarse, ni en tener ningún tipo de contacto físico con chicos. Yo, por otro lado, sigo siendo virgen, no he tenido sexo aún, no por qué no se me haya presentado la oportunidad, si se me han presentado muchas, ni por qué no pueda, tengo erecciones desde los 10 años, algo adelantado, según investigue, como todo en mi vida. Pero si ya puedo si quiero, solo que aún no he querido entrar en eso por decisión propia, pero si me beso con más de una y las caricias también van, si ellas se dejan y quieren, yo tampoco me hago de rogar. Veo a los padres del tipo este y están muy molestos viendo a mi gemela, Lucy está furiosa viendo mal a White y en este preciso momento yo lo vuelvo a ver y palidece.
— ¿Cómo se le ocurre traer a mi hermanita aquí White?— le dice mi hermana Lucy cruzándose de brazos y White empieza a sudar acongojado— ¿Alani te encuentras bien?— mi gemela asiente— ¿estás segura de que estás bien? Te veo muy alterada.
— Señorita, debería preocuparse más por lo que hizo, que por si está alterada— dice la señora y madre del tipo con un acento más pronunciado— mira que haberle roto la muñeca a mi hijo, es una salvaje.
— No le permito que me insulte, señora— habla al fin mi gemela muy enojada— y la señora hace un gesto de molestia mayor que antes, viendo peor a mi gemela— debería empezar usted a educar a su hijo mejor para que sea un hombre de verdad, no una imitación de hombre.
Primer insulto y eso hace que el chico ese se le pongan los ojos llorosos, le dolió que mi hermana le dijera eso, no me está gustando como la ve y eso me tiene viéndolo fijamente, bastante molesto, debería comportarse y dejar de verla de esa manera.
— No entiendo como es que chiquillas maleducadas y agresivas como esta, vienen a un Instituto tan prestigioso señor director, este lugar no es como lo pintan de exclusivo— White empieza a sudar viéndonos, ¿en serio esa señora está diciendo que somos maleducados y que somos de clase inferior? Eso hace que yo me ría de la estupidez que sale de la boca de esta señora, una risa muy sarcástica, por cierto, mi especialidad— señor director, ¿por qué no dice nada?
— Señora Alberti, créame que usted está equivocada con esos chicos, ellos son niños buenos— la palabra niños no se me escapa y lo veo molesto, sabe que no queremos que nadie se entere de que somos menores y mi mirada lo asusta más— digo que son jóvenes muy educados, de muy buena familia y no debería ofenderlos señora.
— Es que esto me parece inaudito ¿cómo va a estar a favor de ellos?— habla una vez más la señora que ya vi que se apellida Alberti, ese apellido me suena conocido— no está viendo lo que esta chiquilla le hizo a mi hijo, que si es un buen muchacho y como le habla— mi hermana se ríe burlona y eso molesta más a la señora, a mí esa actitud de mi gemela me alerta —ven lo mal educada que es mi hijo esta que llora del dolor.
— Amor, deberíamos esperar a escuchar que paso, Luca lo ha dicho nada aún— al fin habla el señor y parece que tiene más sentido común que su esposa— no creo que esto haya sido adrede y si Luca no quiere hablar es por qué algo hizo.
— ¿Buen muchacho, su hijo? Replantéese eso, señora, que está muy lejos de la realidad —mi gemela está muy molesta, veo a Lucy que está igual que yo, veo bastante enojada a Alani, hasta la veo algo indignada y dolida, ¿qué le hizo este tonto? En ese momento vemos que entra mi padre muy serio, diría que molesto. También entro sin tocar y eso no reprime a mi hermana— su hijo solo es una frágil maripocita, un debilucho llorón, que solo está falto de atención y busca que su madre lo defienda por qué parece que él no puede solo.
— ¿Alguien me puede explicar qué pasa aquí y por qué tienen a mis hijos en dirección?— dice mi padre con voz fuerte y cruzándose de brazos viendo intimidante a White que parece que se va a hacer en sus pantalones, su jefe está en este momento pidiéndole que le explique por qué tiene a sus hijos adorados en dirección —alguien podría hablar que no tengo todo el día, cada minuto que pierdo aquí son millones que no facturo, así que hablen.
— Señor, debería educar mejor a su hija—habla una vez más la señora y no se me pasa desapercibido a mí la cara de terror del señor Alberti que le dice entre dientes que no diga más— mire lo que le hizo a mi hijo.
La señora enseña el brazo enyesado que tiene su hijo y eso hace que yo la vea mal, como le va a hablar así a mi padre, el señor le dice entre dientes que no le hable así a su jefe y ahí la señora se asusta ¿así que es empleado de mi padre? Bueno saberlo.
— Él se lo ganó por atrevido— mi hermana dice eso y ahí me enfurezco yo, le hizo algo a mi hermana y eso es imperdonable— solo a él se le ocurre agarrarme de la cintura y besarme sin mi consentimiento, me robo mi primer beso y eso es imperdonable. Yo no se lo iba a permitir y que sea un mensaje claro para todos en este Instituto, a Alani Harrison no se le va a tocar y menos a aprovecharse de mí sin sufrir las consecuencias. Papi me robo mi primer beso, ese que guardaba para alguien que si me guste— mi hermana ve a mi padre con los ojos llorosos y eso a mí me hace enojarme cada vez más la beso sin su consentimiento eso si es imperdonable, a mi padre se le endurece el rostro viendo a ese idiota que se aprovechó de mi hermana. Ahí si la señora ve mal a su hijito tan bueno no resulto ser— y encima es mayor que mi, es que como se le ocurre, él tiene 14 años y yo tengo 11 años.
Ya mi hermana hablo de más, pero eso hace que la señora se asuste más viéndonos, el tipo este abre los ojos y tose asustado, acabas de besar a una niña de 11 años idiota, yo solo quiero salir de aquí y molerlo a golpes como nunca lo he hecho con nadie.
— Pues le hiciste poco, por qué yo le hubiera quebrado amabas manos y le arranco los dientes a golpes por hacerle eso a mi hermanita— hablo al fin ya sabiendo que paso enfurecido— y todavía traen a mi hermana a dirección, deberían tener vergüenza y disculpase con ella, eso es abuso contra a una niña. Sé salvo de que yo estaba en el baño por qué si hubiera estado a su lado te hubiera ido peor. White creo que está haciendo todo mal usted de verdad, no tiene miedo de perder su empleo cierto.
— Dios no puede ser— ahí si te asustas White es que en serio no sé cómo mi padre no lo ha despedido— señor Harrison lo lamento le juro que no sabía que esto había pasado, si fuera así ni lo hubiera molestado y su princesa estaría en psicología siendo atendida por este trauma que le han causado en este momento.
Mi gemela ve arrugando la cara al director, es que tampoco va a dejarla como una niña indefensa para que pasen sobre ella hasta yo lo veo muy mal
— Yo traumada por qué este tonto me beso, traumado el porqué una niña de 11 años le pateo el trasero, hasta me dijo estar perdidamente enamorado de mí, que ridículo— el tipo este se encoge lo acaba de humillar a mí se parece perfecto que use sus palabras más filosas contra este aprovechado— las mujeres fuertes no nos traumamos por tontos.
— Creo que me hicieron perder mi tiempo y el de mis hijos al citarnos a todos aquí o me equivoco— habla mi padre serio y el director asiente y todos le damos la razón es tonto esto ese idiota debería estar expulsado por abusivo— White opino que debería investigar bien, antes de llamar a los padres y menos hacer pasar mal a una chica como mi hija, que solo se estaba defendiendo de un abuso de este tipo. Chico entiende algo, no a todas las mujeres les gusta que le roben un beso, aprende a saber cuando sí y cuando no como un hombre de verdad, vamos chicos y espero que amoneste a este chico White, esto es inconcebible.