Conviviendo con mi familia asiática

1492 Words
Después de 33 minutos en carretera y dos peajes por fin llegamos a The Bauhinia un edificio de apartamento en Sheung Wan, fuimos directo al sótano donde está un parqueo soterrado, mi tío se encarga de llevar mis maletas y se lo agradezco en el alma, yo estoy como palo para leña, no puedo ni con mi vida. Subimos a un gran ascensor que nos lleva al piso 3 de ese susodicho edificio. —Ven Meilin, te quedarás en mi habitación, no es muy grande como la tuya en santo domingo, pero es decente, tiene todo lo necesario.—Se ríe Mei Mei mientras me jala del brazo. —Claro, con que tengas un baño y una cama aunque sea inflable me verás ser la mujer más feliz del mundo—le dije con toda sinceridad.— Si ya conozco las cuatro esquinas de tu cuarto de las últimas cien mil video llamadas que nos hemos hecho desde niñas. —Sí lo se, pero no es lo mismo una video llamada que verlo con tus propios ojos, ya más adelante, hazme saber si vienes a vivir conmigo al alojamiento o si te quedas aquí, como toda una nerd con tu pila de libros, pero me harás un favor si vienes conmigo, se me hará más fácil explicarte cualquier cosa en persona y no estar pegada en un teléfono como si estuvieras en santo domingo, además de que te haré probar la verdadera forma de vivir de un universitario en Asia, a eso sumale, que cuando te toque tomar exámenes, tendrás más tiempo para descansar, porque no estarás viajando de aquí para allá.—Me asegura Mei Mei. —Bueno, la verdad no quiero ponerte las cosas difíciles.—le dije.— y se que tía me tratara bien, pero para ser franca tengo curiosidad de como vive un estudiante aquí, imagino que vienen a estudiar de todas partes del mundo y eso es lo que me emociona más, seré la envidia de todas mis amigas en santo domingo, cuando actualice mis redes con fotos de todos los bombones, que me voy a encontrar en el camino. Tu sabes lo fanática que soy de tomar fotos, y más fanática de la cultura asiática, y no es porque mi papá sea chino, yo nací para vivir esta maravillosa experiencia jajaja. Bueno… me quito este cansancio con una buena ducha y regreso en un momento. Tomo una ducha larga, de esas que te reconfortan hasta el alma, saco mi ropa interior de algodón blanca y mi pijama de dormir con dibujos de ositos, regreso y Mei Mei me pone al día de los conciertos de Kpop y las películas a estrenar de los próximos meses, sin olvidar hablar del chico ruso que le está echando los perros, desde hace más de una semana. A los 20 minutos tía Tao está tocando la puerta de la habitación, me ha traído un tazón con arroz frito y una pequeña tabla con sushi de salmón, cuando los probé sentia que subía al cielo, no por nada los chinos son los consumidores de arroz número uno en el mundo, su gastronomía es muy variada y tradicional, se que aquí no moriré de hambre, porque ese arroz estaba para chuparse hasta los codos. Mi papá cocina muy bien y he probado casi todos los platos que nos había hecho a mi mamá y a mí, pero mi tía puede reclamar el título de mejor cocinera de Master chef. Le agradezco a mi tía por la comida, al regresar la bandeja a la cocina, se puede decir que no dejé ni un grano de arroz. Al retornar a la habitación con mi prima, entre conversación y ocurrencias, no se en que momento me quedo dormida. Al día siguiente, me despierto, casi a la hora de la merienda de la tarde, comprendo que las 12 horas de diferencia entre países es lo primero que tengo que superar. —Hola dormilona. —me saluda mi tía en inglés. Mi tía me ha guardado un shop suey, muy sabroso, no le llega a los tobillos de los que había comido en mi país, aquí pareciera que un ángel baja en persona para cocinar a mis deleites, no soy fanática de los vegetales, pero tampoco no es que me desagrada, y como estaba decidida a cruzar todas fronteras, eso aplica para ésta, adaptarme a la gastronomía de lo que sería mi casa en los próximos 5 años, pues ese era el tiempo que duraría mi carrera en Hong Kong. —Buenos días tía Tao—le devuelvo el saludo en el mismo idioma. A mis tíos no se le da bien el español, pero en inglés son muy buenos, ellos administran varias tiendas de convivencias en Hong Kong, el inglés es indispensable, los tiempos han cambiado y todos debemos adaptarnos y cambiar con él, les va bastante bien, es lo mismo que hacen mis padres pero en mi país es un poco diferente la cultura, los minimarket allá no están por lo general 24 horas abiertos. Lo máximo 16 horas dividido en dos turnos de 8 horas. No es que no existan los que tengan ese horario extendido, es solo que no abundan. — ¿Y Mei Mei, tía Tao? ¿Ya se fue a la academia? —pregunto por simple curiosidad. — Si mi niña, te dejó dicho que vendría antes del anochecer para llevarte a la casa de té, dónde ella trabaja, ya hablo con su jefa, y te quiere conocer lo más pronto posible, ya que estamos en temporada alta, el trabajo será todos los fines de semana. ¿Estas segura que no quieres trabajar con nosotros en algunas de las tiendas de convivencias? — No tía eso no es lo mío. No te molestes conmigo. Me aburriría a los dos minutos, Mei Mei, me dijo que en esa casa de té, podré poner en práctica todo lo que sé, además voy a aprender como viven las geishas de forma tradicional, aunque no nací aquí siempre me llamó la atención la forma tan elegante, y todos sus ataviados. Además me llama mucho la atención el baile que realizan es algo que espero aprender con ansias. — No mi amor, no estoy molesta, al igual que tu madre quiero verte feliz y tu padre quiere verte triunfal en la vida. Yo he decidido trabajar, en una casa de té como Geisha, mi prima me habló de eso, porque sabe que lo mío no sería estar detrás de un mostrador cobrando productos. — Bien. Gracias tía Tao por la comida estuvo deliciosa.—Le dije con una sonrisa de oreja a oreja—¿Quieres que te ayude en algo? — No te preocupes, aquí todo está en orden, puedes subir a desempacar o si quieres volver a dormir puedes hacerlo, yo te llamaré para la hora de la cena. — ¡Gracias Tía Tao!—le agradezco nuevamente, pero está vez con un beso en la mejilla, y un abrazo, se que no está acostumbrada a eso pero le iba hacer saber que de verdad estoy agradecida. Y lo más que me sobra es amor, la familia siempre será lo primero para mí. Vuelvo a la habitación, ya había arreglado la cama, antes de salir, así que solo tengo que sacar las cosas esenciales que usaré en los próximos 3 días, no pienso desempacar todo para luego tener que guardarlo de vuelta. Cómo hace mucho frío elijo ponerme un jean color azul, una blusa con cuello de tortuga n***o y unas botas para el frio y mi gran abrigo que es mi aliado hasta que esté frío pase. Mei Mei regresa de sus clases, comimos todo lo que nos da mi adorada tía. Al cabo de 10 minutos en el coche de Mei Mei, llegamos hasta LockCha una casa de té, estilo restaurante y galería, la primera impresión que tuve, de la hermosa casa de té de dos pisos, es el color blanco de sus paredes por fuera y su gran puerta en cristal con marcos de madera, ¡Dios, los detalles en madera! Entramos por la puerta principal, el espacio en general estaba dividido en áreas o pabellones, tiene una cúpula en cristal desde donde se ve el cielo, a través de los ventanales se puede apreciar un hermoso jardín tradicional exótico, con una mini laguna y una cascada, posee un mini museo del té, dónde puedes comprar y degustar en tu hogar, el té que prefieras, está muy delicada y elegante con sus mesitas en madera rústica y sus teteras de metal de color n***o. Miro a mi alrededor mientras cruzamos uno de los salones, para llegar hasta la oficina de la jefa de mi prima, el local no está en su mayor capacidad, posiblemente porque es día de semana. Pero por lo hermoso que está, se que estaré bastante ocupada sirviendo el té y atendiendo a los clientes.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD