Cap 7 Lo siento

1081 Words
En el despacho de la casa de la familia Alcántara… El señor Gonzalo sacó un montón de papeles de un cajón y los dejó caer en el escritorio reclamándole a Mario. “¡Me puedes explicar! ¿Qué diablos está pasando?”. Mario solo hizo una pequeña mueca y levantó la mirada, se acercó caminando a la silla, apretó los dientes aguantando la humillación de que le gritaran. El señor Alcántara siguió recriminando, golpeó con furia los papeles que acababa de lanzar. “En primera este nuevo producto no está funcionando, hay demasiadas quejas sobre la calidad, las acciones están cayendo, en segunda cómo es posible que dejes que Aníbal haga lo que quiere en la empresa, tú eres el que está en la empresa trabajando con él, Tú eres el encargado de verificar todo lo que hace, te lo dije el día que me retiré, debes estar atento a todo ¡A Todo!”. Mario se quedó en silencio escuchando los regaños. Gonzalo apretó el respaldo de la silla con dolor, frotándose las sienes. “El maldito ni siquiera ha querido venir y hablar conmigo”. Mario carraspeo. “Estoy igual que tú, acabo de llegar del extranjero, no me imaginaba que hubiera un problema de esta magnitud”. Gonzalo dejó de lado la empresa y habló de lo que más le preocupaba. “Quiero saber qué es lo que está pasando entre Aníbal y Katy… Porque Andrés apareció de repente y… porque está con Aníbal”. Mario afirmó con la cabeza, Alcántara caminó hasta su lugar quedando frente a frente y le preguntó. “En tercera… ¿Cómo es que Aníbal sabe sobre Leticia? Investiga quién es y ¡Rápido! ¡No quiero excusas Mario! Ni mucho menos retrasos… Trae ¡Ya! esa información”. Mario al instante contestó. “La tendrás, yo mismo lo investigaré”. El señor Alcántara salió del estudio rápidamente dejando a Mario de pie solo. Mario se quedó pensativo en el mismo lugar, también estaba inquieto… de que tenía que ver Aníbal con Leticia, tenía que encontrar las respuestas, si sus sospechas eran ciertas tendría que arreglar el asunto como en aquel año. Mario entró a su habitación, todo estaba a oscuras, camino hasta la mesita de noche y tomó la botella y el vaso, se sirvió whisky y lo tomó de un trago. Estaba frustrado, por todos los acontecimientos, no estaba dispuesto a que un tipo como Aníbal le arruinará todos sus planes, Katy tenía que ser la única dueña de todo, aflojó el nudo de su corbata y se quitó el saco rápidamente, fue cuando sintió unas manos que venían de detrás y se posaron alrededor de su pecho, él la detuvo girando y mirando fríamente a la mujer frente a él. “¿Qué quieres Ofelia?”. Ofelia sin ninguna intención de alejarse se pegó más a él. “Quiero estar contigo”. Quiso bajar la mano a su entrepierna, pero Mario la detuvo. Y se alejó groseramente. “Vete a tu habitación ve y atiende a tu esposo”. “Pero Mario… Yo te amo y quiero estar contigo”. Ella trató de unirse a él de nuevo. No estaba dispuesta a darse por vencida. “No olvides por lo que estás aquí”. Advirtió Mario apretando fuerte su muñeca provocándole dolor. Ella gimió y se alejó cruzando sus brazos. “Estoy cansada de esto… ¿Por qué no aprovechamos y tomamos todo el dinero? Nos largamos juntos, escuché a Gonzalo decir que el nuevo producto no funciona y que habría millones en pérdidas”. Dijo mientras acariciaba el pecho de Mario. Mario la alejó de nuevo. “¡Estás loca! No voy a permitir que todo lo que he logrado se arruine solo por el maldito producto de Aníbal, mañana mismo voy a investigar qué es lo que está pasando y voy a arreglar el asunto, tú sigue atendiendo a tu marido que para eso te p**o y ahora sal de mi habitación antes de que alguien te vea”. Estaba muy cansado. “Pero Mario…” Ella no quería dejarlo. Se dejó caer en la cama molesta. “¡Sal de aquí!”. Ofelia se levantó haciendo un berrinche y salió de la habitación sigilosamente. Camino por el pasillo hasta la habitación que compartía con Gonzalo, al entrar lo encontró cerca de la ventana, su mano se posaba en el marco y apretaba fuerte. “¿Gonzalo?”. El hombre volvió en sí y se giró. “Es tarde ve a dormir”. El camino hasta el baño dejándola sola en la habitación. Ofelia resopló con molestia, ya había notado los diferentes semblantes de Gonzalo, él no estaba bien de salud, fue una de las razones porque dejó a cargo de la empresa a Mario y Aníbal, tenía que cuidarse, su corazón y presión estaban dándole problemas, todo a raíz de mucho estrés a lo largo de su vida. ………………………………………………….. Katy se recargó en el alféizar de su ventana mirando la noche, no podía dormir, su corazón dolía demasiado, lo que Aníbal acababa de hacer era increíble, cómo la había humillado frente a todas esas personas. Aun así, ella se sentía preocupada por Aníbal, él estaba muy borracho y su mirada estaba perdida. Ella sin ánimo meditaba cómo su matrimonio estaba en la borda y se convirtió en algo desagradable, suspiró cansada y abrazó sus rodillas con tristeza, también estaba intrigada… ¿Por qué Andrés estaba con Aníbal? ¿De dónde se conocían? Y ¿Desde cuándo? eran grandes preguntas, su teléfono sonó y ella lo levantó para leer el mensaje de su amiga Maggie. -¿Estás bien? Preguntaba. Katy mostró una pequeña sonrisa al sentir el amor de su amiga, contestó rápidamente. “Lo estoy. No te preocupes, mañana hablaremos”. No quería que su amiga se preocupara. Ella dejó el teléfono a un lado y segundos después volvió a sonar, pensó que era la respuesta de Maggie, lo tomó de nuevo, observó el número desconocido, frunció el ceño y leyó el mensaje. -Lo siento Katy… por todo. Ella lo leyó varias veces sin entender quién era, en algún momento pensó que era Aníbal, pero desechó la idea cuando llegó otro mensaje… -Me gustaría que habláramos. Recuerdas aquel árbol que amabas en la universidad, te veo ahí mañana, ella bloqueó su teléfono y siguió mirando la fría noche.
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