Saliendo de hotel el señor Rafael me invitó a almorzar y luego fue a conocer el apartamento. — Señor no le parece que esto es demasiado, es tan grande que llenarlo será casi imposible. —Tranquila hija, poco a poco, no te afanes y recuerda lo que te dije. Y cuéntame que planes tienes. —Trabajar con mucho amor, tengo que ahorrar para poder darle lo mejor a mi hijo. —Estás hablando con el bisabuelo de tu hijo, uno de los hombres más ricos del mundo y me dices que tendrás que ahorrar para darle lo mejor a tu hijo. —Señor la tierra gira cada día y nos trae sorpresas buenas, como también sorpresas malas, no espere que por llevar a su bisnieto en mi vientre voy a sentarme para que usted se encargue de mí. Ya es suficiente con este apartamento y con mi sueldo viviré como mejor pueda. —Eres