Santiago obedeciendo La orden de su abuelo lleva a la joven a la casa de su abuelo, y se sorprende al ver que las empleadas correr a su encuentro y se la llevan con ellas, durante el camino no dijo ni una sola palabra, parecía un gatito desvalido. —Abuelo ya estamos aquí, ahora si me vas a explicar que sucede. —Está bien hijo, tu padre nos espera en la sala. — Y mi padre qué hace aquí. —Vino a tomarse una copa de vino conmigo y a perder en el ajedrez como siempre y se encontró con la situación. —entiendo. Santiago ayudó a su abuelo a subir los escalones para dirigirse a la sala donde su padre los espera —Hola hijo, gracias por ir a recogerla, esa pobre se ha escapado tantas veces de los hermanos Suárez, que terminará entregando su virginidad a cualquier otro para que la dejen tranq