Andreina sale del sitio de encuentro con Oscar y Ricardo, durante el camino hablan de muchas cosas, cuando llegan a la casa de Sandra su secretaria y ahora amiga, se encuentran con que la pequeña Laura está hecha un drama, ni siquiera su madre pudo calmarla, fue solo hasta que Oscar Rivera la cargo un para que retornará la calma al lugar. —Tienes los ojos de tu abuela—dijo, llenándola de besos y mimos. —¿Podrías decirme como era ella?—preguntó Andreina, mientras le acerca un juguete a Laura. –Claro que si tengo muchas fotos de ella en casa. Ese mismo día inicio mi nueva vida, Sandra recibió una gran compensación económica por ayudarme y tenerme en su casa, además de una oferta de empleo su fábrica de vajillas la más reconocida a nivel europeo. La oferta debió ser rechazada, no sól