Capítulo 17: La primera vez que la vi

1233 Words
Tadeo Luego de la media noche, como tantas otras veces, llevé a un grupo de Green para divertirse junto a Cindy. Siempre trabajaba sola, pero ayer, a diferencia de las otras noches, estaba acompañada por una nueva interna. Una niña que en un principio me pareció bastante normal, pero luego de unos segundos se volvió primordial para volver a mi viejo yo. Desde que la supervisora del turno noche se hizo popular en mi círculo de conocidos, eran aquellos miembros que así lo deseaban, quienes se hacían cargo de satisfacerla; por lo general no mantenía ningún tipo de contacto íntimo, ni con ella ni con nadie. Pero por alguna razón desconocida, me sentí desafiado frente a la presencia de esta nueva jovencita, y terminé jugando con Cindy una vez más. Creo que fue la extraña manera que tenía de mirarme. Ver ese desprecio limpio en sus ojos, hizo que se vuelva a encender algo en mí, algo que ya no lograba prender ni en las noches de orgías. En un principio fui reacio a creerlo, pero la desenfrenada cantidad de sexo que estaba teniendo, hizo que me secara; o mejor dicho me aburrió por completo, y comencé a ver todo como algo más de lo mismo. A mi amigo no le importaba si eran lindas o no, si lo hicimos antes o no, simplemente ya no se quería endurecer ni colaborar en nada ni con nadie. Los primeros meses me preocupaba mucho el estado durmiente de mi amado m*****o; creía que estaba enfermo de algo y me asustaba no hallar la cura. Y pese a que estuve muy ansioso, tratando de encontrar alguna solución lo más antes posible, con el tiempo fui aceptando la idea de que quizás no volvería a funcionar. Cuando logré asimilar mi nueva realidad, dejé de prestarle atención a mi lamentable estado; o por lo menos fue así hasta ese momento en que la vi por primera vez. Todo volvió a cambiar tras su aparición. En el preciso instante en que crucé miradas con esa preciosura, mi triste y desolado amigo renació; incluso más fuerte y más grande que antes. Previo a conocerla, llevaba dos años completos sin lograr una erección; estoy seguro de que si hubiera tenido la posibilidad, de hacerlo con ella allí mismo, quizás no la podría estar contando hoy. El ímpetu con el que se movía bajo voluntad propia, me hizo caer en cuenta de lo peligrosa que era esa situación para mí. Aunque estaba más que feliz porque haya podido volver a la vida, sabía bien que tendría que tomarme las cosas con calma. Así que en vez de ceder ante mi deseo voraz por esta nueva señorita, preferí esperar, para más adelante ir probando de a poco. Sin embargo, también debía calmar mis ansias; razón por la cual descargué mi calentura con mi infalible amiga Cindy. Cuando manoseaba a la supervisora, y mientras se lo hacía, ni un momento pude quitar mi vista de esa seductora desconocida. Su simple existencia hacía que mi m*****o se desesperara, y gracias a que la tenía presente, pude hacerlo de una manera que no puedo explicar; ni en los viejos tiempos pude lograr tal satisfacción. El placer que me produjo tan solo mirarla, hizo que me despertaran todo tipo de dudas; jamás hubiera pensado que una simple jovencita podría llegar a tener ese efecto en mí. Me despertó un enorme interés por si misma en todos los sentidos, y sin dudas no pararé hasta conseguir respuestas; aunque fuera tarde o temprano. Al seguir manteniendo mis ojos sobre ella, alcancé a ver que se metía al cuarto más aislado de toda la biblioteca; uno de los cuales está lleno de libros antiguos. Se me ocurrió que me podía aprovechar de esta oportunidad, para estar con ella a solas. Quería saber más de aquella linda muchacha, esperaba conocerla mejor y más en detalle; pensaba que quizás sabiendo más de ella, podría averiguar algo esencial, cómo el por qué me prendía tanto. Así que inmediatamente fui a su encuentro. Cuando me acerqué a la puerta de esa habitación, pude oír y ver de reojo, todo lo que sucedía dentro sin la necesidad de entrar; fui testigo en primera fila, de la fuerte atracción que se tenían con mi buen amigo Eloy. Incluso el olor de la tensión s****l que generaban, llegó a nublar mis sentidos. Fue delicioso verlos masturbarse, y luego intimar, lo hicieron de una manera que me despertó sed, y no me quedó más que ayudarme solito; me hubiera encantado unirme a ellos, cómo y dónde ellos quisieran, hubiera colaborado aunque sea solo tocando. Como siempre digo, nada bueno llega sin costo para nadie, y ellos no eran la excepción. El pequeño Eloy se excitó tanto, que no pudo controlarse; por lo cual la mordió, y luego se asustó. Aunque a estas alturas me sorprende que la haya podido soltar, me parece muy tonto de su parte meterse a la piscina sin saber nadar; fue su primera vez para todo lo que hizo con esa preciosura. Los vampiros de hoy en día, viven en pequeños grupos que por lo general lo conforman: madre, padre e hijos. Ni si quiera mantienen ancianos presentes, que los guíen en las viejas prácticas; dejaron de lado todas sus costumbres, entre las cuales estaba disfrutar del placer carnal, abiertamente y sin distinción. En estos tiempos ya no son ni los vestigios de lo que eran en la antigüedad, y por eso no me extraña que este chiquillo haya reaccionado de tan mala manera, y que no sepa qué hacer al respecto. Pese a que juega a ser diferente, mi buen amigo Eloy, aún era un pequeño virgen que todavía no había hecho su debut en nada, y menos en todo lo que por la madrugada probó. Por eso al colapsar la echó bruscamente, haciendo que la niña bonita se vaya llorando. Cuando salió triste y agitada, alcancé a notar que vendrían más lágrimas, así que empecé a molestarla para que se distrajera; puede que parezca un patán, pero no soporto ver a una mujer sufrir, y menos por culpa de un hombre. Lo cual pareció funcionar, porque en cuanto abrí mi boquita su semblante cambió. —Es mejor estar enojada que triste preciosa —dije por lo bajo en cuanto se fue; no tenía la intensión de que ella me ollera, era más para fastidiar a ese púber retrasado, que aún estaba en el cuartito temblando. Sin el pan y sin la torta, después de que ella terminara de atravesar todo el largo camino hasta la salida, me fui de nuevo a casa; al fin y al cabo el turno de Cindy terminó, y no podía acceder a nada en ese momento. Hoy sabía de antemano que mi buena amiga no estaría aquí, y que la niña bonita se haría cargo de cubrir su ausencia; pese a que no podría avanzar en mi tesis, pensé que podría avanzar en mi experimentación personal. Previamente investigué sus horarios, y me dijeron que los martes no trabajaba; de igual modo planeaba venir un poco más tarde, para poder hacer uso de las llaves, pero no tenía a nadie que me hiciera el favor de entretener a la fogosa de Cindy, así que tuve que cancelar mis planes. Al no tener nada que hacer, me fui a estirar un poco los músculos en mi forma de lobo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD