—¡¿Qué esperas?! ¡Muévete!—. Gritó alguien entre la multitud. Lucien ignoro los gritos, y miro detenidamente a Damián, el cual al sentir su mirada estalló en ira. —Sucia sabandija, te crees la gran cosa por ser el hijo de un Duque, pero la verdad es que solo eres un inútil y hoy se lo mostraré a todos—. Su voz era prepotente y ruidosa. Todos los espectadores se abrieron formando un círculo lo suficientemente grande como para que pudiesen combatir con tranquilidad. Lucien se veía tan pequeño a comparación de Damián, a la vez que todos a su alrededor gritaban con ahínco para que Damián lo golpeara con b********d. Sin embargo, parecían olvidar un detalle muy importante, Lucien no tenía habilidades mágicas, pero su manejo de la espada estaba a un nivel mayor que el de ellos. Aun así Lucien