Los días restantes fueron cómo un borrón, las clases se hicieron cada vez más y más pesadas, además sus compañeros no dejaban atrás el tema de su invocación, pero a la vez, los murmullos se habían intensificado al no ser expulsado, las agresiones a su persona eran cada vez más audaces. —Señor Bonnet si no le interesa mi clase puede salir del salón—. La profunda y venenosa voz del profesor Asinius, produjo una rodilla molesta de sus compañeros. —No profesor, solo estaba...—. La voz de Lucien era baja, tratando de aplacar la ira del profesor. —No me importan sus excusas Señor Bonnet—. El profesor Asinius gritó con fuerza frente a toda la clase, la cual solo escondió sus risillas. Lucien sabía que a diferencia de Arrianus el profesor Asinius lo odiaba, y ni siquiera tenía alguna razón par