— Debe ser difícil. — dijo Joel meditabundo. — ... Sólo cuando te detienes a pensarlo — le contesté, y percibí que se sorprendió de que le siguiera la conversación. Creyó que su comentario quedaría en la nada tal y como sucedió con cada intento de plática que entonó con anterioridad—. Es que, es más fácil aceptar las cosas que luchar contra ellas. — continué explicándole. — Entiendo. — contestó a secas, no le convencía en lo absoluto mi respuesta. — Lamento haber matado a tu compañero. No es algo de lo que esté orgullosa y quiero que lo sepas. — me sinceré finalmente, mostrándome reservada pero apenada. — Gracias. Sólo precisaba escucharlo. Benjamín... El y yo solíamos hacer estas rondas. Fuimos compañeros y muy buenos amigos. A pesar de ser el más nuevo, era el mejor de nuestro escuad