Los días pasaban, el Alfa Luciano Salvatore y su luna pasaban los momentos del día después de sus actividades dándose cariño, Isabella, estaba conociendo más a fondo a ese lobo que se imponía en dónde quiera que se parara Isabella pasaba el día en el hospital, Artemisa, no la perdía de vista mientras la luna ayudaba directamente con los lobos heridos, la inconforme Artemisa, se la pasaba en la dirección, ella se encargaba de ordenar todo desde ahí, cosa que no le correspondía a ella si no a la reina — Luciano, ¿a dónde Vas? todavía no hemos terminado de revisar este último reporte de tus bienes, ganancias y pérdidas — el beta Camilo estaba con documentos en mano llamando a su Alfa — Es la hora de salida de Isabella, del hospital, ¿qué quieres? ¿qué se regrese caminando a casa? teniendo