Boda pactada
Una lujosa boda estaba a punto de realizarse, Isabella Montenegro, hija del Alfa de la manada Luna nocturna todavía discutía con su padre, ella no quería casarse con ese segundo principe que ahora se convertiría en Alfa después de la muerte de su hermano
— !Padre, no quiero casarme, sabes que estoy enamorada de Alejo, él es el lobo que yo quiero, dile a la manada Luna de Plata que no vamos a cumplir con el convenio, que no me voy a casar con Luciano Salvatore! ¡Diles, papá! esto es un gran error, ¿sabes de la fama que tiene ese Alfa? dicen que no tiene corazón, que solo vive para entrenar a los guerreros y que es un loboriego, ¿qué me espera a su lado? ¡seré muy infeliz!
La bella loba vestida en un costoso vestido de novia, lloraba desconsolada, la hermosa pelinegra de ojos azul mar, sentía que el corazón se le estrujaba, había mantenido un noviazgo en secreto con Alejo Villaseñor, el beta de la manada Lago de Luna, aunque ella sabía que esa relación estaba prohibida por qué ya estaba prometida al Alfa Salvatore
— ¡Tendrás que hacerlo, mi palabra está dada a la manada Luna de Plata, ellos prometieron darnos protección contra nuestros enemigos, de otra manera cualquier Alfa joven vendría a reclamar mi trono y eso nunca lo voy a permitir, soy el rey Alfa Tadeus y siempre lo voy a ser, te casarás por qué así te lo ordenó, si me desobedeces mataré a ese beta de la manada Lago de Luna! — al rey poco le importaba la felicidad de su hija, para él solo existía el amor hacía el poder
— Papá por favor te lo ruego, no me obligues a casarme con ese lobo, yo no estoy enamorada de ese Alfa, y creo que nunca me voy a enamorar de él, ni siquiera lo conozco, si trata de forzarme yo.....
— ¡Tadeus!— una voz grave interrumpió la charla de padre e hija aclarándose la voz, había escuchado las palabras de su futura esposa cosa que lo había puesto demasiado molesto, ella estaba ahí a llanto abierto intentando convencer a su padre de no casarla con él, esa era una gran humillación y golpe a su elevado ego
— Alfa Salvatore... no es lo que parece, nosotros... — El viejo Alfa quería acomodar las cosas, no le convenía tener molesto a su futuro yerno
— Es lo que parece, tu hija no quiere casarse conmigo, pero esa no es una decisión que ella puede tomar, la boda se celebrará, ustedes la manada Luna nocturna tiene su palabra dada a nosotros la manada Luna de Plata, no crean ni por un momento que me van a convertir en el hazme reír de toda mi gente, te espero en el altar, cuidadito y no llegues, Isabella Montenegro, si te atreves de aquí no saldrán vivos
— Pierda cuidado Alfa, ella estará en el altar para casarse con usted — Tadeus dijo al enfadado Alfa Salvatore
El Alfa salió de la habitación que habían dispuesto para su prometida, iba como alma que lleva el diablo hacía la iglesia que quedaba muy cerca de su villa, en su mismo territorio, el lobo fue encontrado por su beta Aníbal
— ¿Qué es lo que te pasa, Luciano? parece que acabas de hacer el coraje de tu vida, nunca has sido la simpatía andando pero tu cara no parece de un prometido que está a punto de casarse, por lo menos disimula un poco qué vas a asustar a la novia — el beta Camilo preguntaba a su amigo
— ¡Eso ya pasó y ni siquiera la había visto alguna vez, fuí a su habitación a presentarme, que por lo menos nos viéramos una vez antes del matrimonio, pero la encontré llorándole a su padre por qué no se quiere casar conmigo, ella dijo estar enamorada de un tal Alejo, no quiere está unión! — Luciano estaba que rugía de la rabia, la mitad de las lobas de su manada darían lo que fuera por qué las convirtiera en su luna, pero esa loba engreída no, ella lo rechazaba abiertamente
— No te lo tomes personal, ustedes no se conocen, es normal que tenga dudas, debes comprender y ser un futuro esposo comprensivo
— ¿Y tú de cuando acá tan conciliador si tu carácter es peor que el mío?
— Nada, es solo que por lógica nadie está contento de casarse con alguien que no conoce y que además tiene la terrible fama que te cargas
— Soy un Alfa, ¿qué fama quieres que tenga? vamos a la iglesia allá esperaremos a la novia, y donde no llegue me va a conocer
Mientras tanto en una de las habitaciones, Artemisa estaba hecha una furia, al su prometido que oficialmente le correspondía el trono, había sido asesinado, ahora ella no podía ser la luna de la manada a menos que Luciano Salvatore la despose, pero el lobo pareció no ver sus insinuaciones, su integridad y lealtad hacia los suyos no le dejaron ver las malas intenciones de su cuñada
— ¡Maldición hoy se casa! ¡por más que intenté hacerlo retroceder con la absurda idea de ese compromiso pautado no lo logré, se le metió en la cabeza que su palabra vale más que cualquier cosa, estoy qué mato, mamá, esa mujer tendrá el poder que la luna de la manada da, en cambio yo no tengo nada, me he quedado sin nada!
— No puedes dejar que esa intrusa te venza, tienes que meterte en su cama y que te haga un cachorro, así no tendrá más remedio que divorciarse de ella y casarse contigo, tu serás la luna de la manada Luna de Plata, yo te ayudaré a conseguirlo, ya lo verás — la madre de la malévola Artemisa no iba a desaprovechar la belleza rubia de su hija, una bella loba de ojos verdes y figura esbelta que eran una gran tentación
En la amplia habitación en dónde se encontraba Isabella, ella estaba sentada en uno de los sofás, todavía sollozaba y se lamentaba por estar ahí, en ese lugar en el que no quería estar, la manada Luna de Plata era muy prospera y poderosa, pero Isabella no era ambiciosa
— Señorita Montenegro, he venido a ayudarle con los últimos detalles de su arreglo, mi niño... mi Alfa Salvatore me ha enviado — La vieja loba que había sido la nana de Luciano entró a la habitación sobresatando a la futura luna
— Yo... solo me falta acomodarme el velo, ¿podría por favor ayudarme a ponermelo? por cierto llámame Isabella
— Por supuesto, con gusto , Isabella... ya no llore más, sé que Luciano... el Alfa Luciano tiene fama de ser cruel, frío, y hasta despiadado, pero yo que lo crié desde que era un pequeño lobezno y conozco su noble y gran corazón, puedo decirle con sinceridad que él no es todo lo que dicen
— ¿Me quiere decir que no es un Alfa cruel, sanguinario y loboriego?
— Bueno... si tiene algo de eso, pero también tiene un lado bueno, solo es cuestión que se lo encuentres, cariño, si los dos ponen de su parte van a lograr hacer una hermosa familia y serán muy felices
— Ahhh.... no creo que eso llegue a ser posible algún día, para colmo está furioso conmigo por lo que me escucho decir de mi ex novio
— Hay no, con lo posesivo que es y malhumorado, niña, tienes que contentarlo, sonriele un poco, eso hará que ese mal genio que se carga se le baje, confía en mí, ahora vamos que Luciano ya te está esperando en el altar...
Isabella no dijo más, ella siguió a la mujer hasta el carruaje que la llevaría unas calles más adelante a la bella iglesia decorada con flores blancas y rosas