El lobo observaba a Isabella como un cazador a su presa, estaba haciendo uso de todo su autocontrol si se dejaba llevar la tendría tendida en la cama con el encima embistiéndola Isabella se trataba de cubrir lo más que podía, sus mejillas se pusieron calientes al sentir sobre su cuerpo la penetrante mirada del que fue su Alfa y su debilidad — ¿Qué demonios sucede contigo? ¡quiero que dejes de entrar a mi habitación sin mi permiso! ¡vas a conseguir matarme de un susto, ahora fuera de aquí! no está bien que estés en mi cuarto — ¿Por qué? te conozco toda de pies a cabeza, no te olvides de eso, ¿porqué te cubres? ¿acaso te estás guardando para otro lobo? ¿para Franco quizás? ¿ya fuiste suya? — la gruesa voz de Luciano se escuchó retumbar — ¿Y si así fuera qué? ¡en estos años seguro que fol