Ella me quiere a mi

1006 Words
Isabella se limpió las lágrimas para cumplir con la promesa que se le había hecho a Luciano Salvatore de desposarlo, inexplicablemente su loba Dayren no estaba triste como ella, parecía haber olfateado al lobo de Luciano y quería saber más de él, sentir más de él Por su parte el Alfa que ya se encontraba de pie en el altar, estaba conteniendo a su lobo, eran setecientos años de no haber encontrado a su luna y al parecer ahora la había encontrado en una loba que no lo amaba, amaba a otro y no deseaba casarse con él — ¡Deja de molestar Jhon, ella no puede ser nuestra luna, ¿qué no ves que viene a nosotros como si la fuéramos a matar? ella no nos quiere, está enamorada de ese novio suyo, el tal Alejo Villaseñor, que ni siquiera es un Alfa, es un beta y ni así nos prefiere, me rehúso a tomarla como mi alma gemela! ¡¿escuchaste?! Jhon... el poderoso Jhon por supuesto que no escuchaba, él estaba arañando las paredes del subconsciente de Luciano para salir a tocar a su luna, la loba de su luna tenía un aroma exquisito a frutas y chocolate Isabella avanzaba del brazo de su padre hacía el Alfa con el que pasaría el resto de su vida, y aunque a Dairyn le gustaba el lobo de ese atractivo Alfa, ella no se confiaba — Alfa, le entrego a mi hija esperando qué nuestras manadas se alien y sean como una sola en el futuro — Tadeos hizo referencia a la sociedad que se formaba con el matrimonio, pero no a qué cuidara y protegiera pero sobre todo que amara a su hija Luciano recibió a la entristecida novia con caballerosidad, deseaba que la ceremonia transcurriera lo más pronto posible para alejarse de esa mujer que tenía a su lobo tan inquieto, si ella lo rechazaba él también la iba a rechazar — Comience con la ceremonia padre — ordenó el lobo, para Isabella ese era el fin de sus ilusiones, era el fin de poder tener un amor de juventud eternamente Todo transcurría dentro de lo normal, más casi al finalizar y decir los declaro Alfa y luna, un apuesto lobo de cabellos azabaches, ojos verdes y postura de guerrero, entró vestido en un traje hecho a medida a impedir la boda — ¡Ella no puede casarse por qué es mi novia, y si el Alfa no está dispuesto a devolvermela y quiere batirse en un duelo a muerte estoy dispuesto a enfrentarme a él! — Todos los miembros de la manada que estaban siendo testigos de la unión de su rey con su reina quedaron muy sorprendidos — Hay no, ahora sí se armó, Luciano lo va a matar — el beta Camilo debía actuar rápido o allí se desataría una sanguinaria pelea — Beta Alejo, la señorita Montenegro es la prometida oficial del Alfa Salvatore, usted no tiene derecho a interrumpir está boda, debe guardarse esos sentimientos para cuando encuentre a su pareja destinada, ¿no lo creé así?— El padre de la novia hablaba tratando de evitar un derramamiento de sangre innecesario — AlfA Tadeus Isabella es mi novia yo la quiero, no nos pueden separar, he hablado con el Alfa de mi manada, él está dispuesto a protegerlo de cualquier enemigo, pero por favor déjenos estar juntos — Eso es imposible muchacho, la palabra de un Alfa siempre debe ser cumplida, y yo empeñé mi palabra a la manada Luna de Plata Jhon estaba desesperado dentro de Luciano, quería salir a matar a ese atrevido beta que había venido a reclamar a su preciosa luna como suya — *Déjame salir...* — decía Jhon El Alfa dejó salir de su garganta un rugido, si ese beta pensaba que lo iba a dejar sin novia en su propia boda estaba muy equivocado — ¡Ya escuchaste a mi futuro suegro, llévate esos sentimientos y guárdalos para tu pareja destinada, Isabella es mi luna, no hagas salir a mi lobo por qué sin duda va a matarte, no deberías posar tus ojos en la pareja destinada de un Alfa, si no lo sabes te lo puedo enseñar! — Luciano dijo en un rugido que dejó a la manada con escalofríos — ¿Tú qué dices Isabella? si me dices que me quieres y que te vienes conmigo a mi manada Lago de Luna, yo me enfrento al Alfa Salvatore Isabella sabía que aunque Alejo era fuerte y gallardo, Luciano Salvatore lo era mucho más, ese cuerpo de estatura perfecta, fuertes músculos más no tan anchos y la valentía de una manada completa — ¡Inténtalo! lo estoy esperando, intenta llevarte a mi luna para que me des el placer de matarte con mis propias garras.... — Basta, aquí nadie va a llevar a nadie, Alejo, voy a casarme con Luciano Salvatore, ya lo habíamos hablado, mi decisión ya está tomada, por favor marchate, busca a tu alma gemela, esa no soy yo y lo sabes, no tienes porque perder la vida innecesariamente, en el futuro serás muy feliz al lado de tu verdadero amor si te marchas hoy en este instante de aquí — ¡Isabella...! ¿tú...? — El Alfa Salvatore es mi pareja destinada, ha resultado ser así, los designios de la diosa luna son así, misteriosos, adiós para siempre Alejo, padre... siga con lo último de la ceremonia por favor — Entonces los declaro, Alfa y luna para toda la eternidad, que tengan un feliz apareamiento lleno de pasión y de amor Alejo Villaseñor tuvo que ver a la mujer que quería casarse con su verdadera pareja, contra eso no podía hacer nada, era como morir en vano, salió de la iglesia con el pecho destrozado, Isabella dejó caer una lágrima que se deslizó por su mejilla y fue atrapada por la varonil mano de Luciano, él cerró su mano fuertemente haciendo un puño, sabía a qué se debía y eso lo ponía furioso y muy celoso
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