Se metió a la ducha y recordó que su padre había pasado la primera noche solo en una celda del penal, rogó para que estuviera bien, después recordó que también Luis había estado en la cárcel y que ahora permanecía en coma en un hospital al que no podían ir. Su corazón se encogió angustiado y lloro bajo el agua, pero también recordó que no podían desperdiciarla o el recibo saldría carísimo. Definitivamente no tenia tiempo para pensar en nada, necesitaba ir a trabajar o la situación seria peor, ahora mas que nunca necesitaban el dinero porque si fijaban una fianza para su padre, habría que ahorra todo el dinero que fuera posible. Paso una semana en el nuevo trabajo, una donde Alejandra cada vez estaba peor y aunque terminaran temprano, la obligaba a cumplir el horario completo y a la Sra.