Me despierto de golpe.
¿Qué diablos fue eso?
Me siento en el borde de la cama y paso suavemente las manos por mi cara. Es la segunda vez que sueño conmigo misma usando ese nombre. Esmeralda.
Escucho ruidos en la cocina y me pongo en alerta rápidamente. Camino hacia la cocina y me encuentro con mi madre viéndome fijamente y con el ceño fruncido.
Oh no.
— ¡¿Me puedes explicar este desastre, Sarah Brandon?! — Grita tan fuerte que me hace pegar un brinco por el susto.
Miro al suelo y veo lo que se suponía era mi almuerzo esparcido ampliamente en el suelo. Con mi extraña paranoia se me había olvidado limpiar mi desastre.
— Yo… Ah, madre…
Ella se acerca a mí e inesperadamente me toma del brazo tan fuerte que se me escapa un pequeño grito. Me guía con fuerza hasta el lugar del desastre y
