Él levanta la mirada y sus enormes ojos azules están apagados.
Debería llamar con todas mis fuerzas a alguien para que me ayude, él podría ser un asesino serial, pero por alguna razón, no puedo hacerlo. Solo puedo observar sus enormes, oscuros y apagados ojos azules.
— ¿Qué estás haciendo aquí? — Susurro con miedo de poder ser escuchados por mi madre.
Él me mira e inmediatamente aparta la mirada.
— ¿Nick, que mierda estás haciendo aquí? ¿Cómo llegaste a mi habitación?
— Tú y tus preguntas seguidas. — Responde con una pequeña sonrisa — Esa fue una de las cosas por las que me enamoré de ti.
¿Qué? ¿Él qué…?
— Estás loco… yo tengo que…
Toma mi mano cuando intento llegar a la puerta para llamar a mi madre. Mi pulso se acelera, pero de nuevo, no es por miedo.
— No te vayas… — Murm
