Entro a casa después de lo que creo fue un buen día, después de una semana al fin estoy sonriendo y casi no pensé en Taylor, lástima que es un casi porque por más que no quiera, lo nombraron en varias oportunidades, lo que me resulta demasiado molesto, ya no quiero pensar en eso ni en él, solo quiero olvidarme de todo por un rato. Dejo mis llaves en el plato de cerámica que hay al lado de la puerta, el aroma a café invade el pequeño lugar, cierro los ojos mientras lo disfruto por un momento, amo el café y su olor para mi es de lo más placentero. Abro los ojos y me encamino a la cocina, mi mamá está en la mesa mirando su taza con la mirada perdida. Conozco esa cara, la he visto en alguna ocasiones cuando su mundo parecía venirse abajo y todas esas veces mi papá era el causante. Mar