Minutos después… El ruido de la puerta principal anunció la llegada de Absalón. Tanto Yaroslav como Oleh se pusieron de pie al instante, observando con preocupación cómo su jefe entraba a la sala sostenido por Leví y Franko, uno a cada lado, ayudándolo a caminar mientras él mantenía las piernas inusualmente separadas, con su rostro contraído por el dolor. A pesar del evidente malestar, Absalón mantenía su porte intimidante. Yaroslav y Oleh se acercaron de inmediato hacia él, ejecutando el saludo tradicional de la organización: el puño derecho sobre el corazón, seguido de un golpe con el mismo puño en el hombro izquierdo, simbolizando lealtad y hermandad. Era un gesto que se remontaba a los primeros días de la organización Kravchenko en Kiev. Pero Absalón le había cambiado el lema al sigu