—¿Puedo pedirte un favor? -lo miré expectante, él puso en marcha su auto cuando el semáforo cambio a verde, pero aun así, no aparté la mirada de su rostro.
─Claro, lo que tú quieras. -¡Qué sea bueno! ¡Qué sea bueno! qué sea algo realmente bueno, algo como: quieres hacerme el favor de ser mi novia, sería muy feliz, pero, obviamente, eso solo pasa en mi mente, ya lo dijo, quiere a Alisson.
─Bueno, ahora no es un secreto para ti que quiero volver con Alisson, te lo dije hace un momento. -soltó una risa que resonó por todo el auto y fue inevitable sonreír. —Pero la verdad, ella me lo está dejando muy difícil, ya no sé qué hacer. —Suspiró y esperaba que no escuchara como mi corazón se partía en miles de pedazos. —No sé porque extraña razón me inspiras tanta confianza en tan poco tiempo… —¡SI! ¡Continúa! —Ayúdame a volver con Alisson.
Joder, no.
Cómo me va a pedir tal cosa a mí, a mí que estoy enamorada de él desde hace muchos años.
Di que no, Isabella, esto es demasiado para ti, di que no.
DILE QUE NO.
Es una mala idea.
─Encantada. —respondí fingiendo una sonrisa, él correspondió y giré mi vista hacia la ventana.
¿Quién en su sano juicio ayuda a la persona que le gusta a ser feliz con otra?
Claro, Isabella la torpe Stewart.