Estaba hundida en mis pensamientos. Odie en estos momentos a Christina...a mi mente por hacérmelo recordar. «—Vamos, María. —insistió Christina golpeando su brazo con suavidad. —De verdad, aun no lo hemos hecho. —se avergonzó ella, con los dientes apretados y bajando la mirada. —Eso es mentira, me has dicho...—ella me tapo la boca con las manos y me empujó hacia atrás, haciendo que mi espalda tocara el suelo fuertemente y mi cuerpo ya no este descansando más en mi cama. — ¡Joder, María! No a la violencia. Me levanté a regañadientes y me volví a sentar en la cama, fulminándola con la mirada. —Vamos, esto muere aquí María. ¿Verdad? —me miro a mi y asentí sin preocupación. Luego miro a María y ella asintió para luego suspirar con estrés. —Solo fue sexo oral. Sigo siendo virgen. —comen