—Ven conmigo. —repitió por tercera vez, extendió su mano para que la tomara. Ganas no me faltaban para saltar sobre él y luego tomar su mano. Pero no podía, mi confianza hacia él estaba por los suelos. —N-no p-puedo. —confesé bajando la mirada. Su mirada expresaba más que un sentimiento, no podía distinguir cual eran algunos de esos sentimientos, era un hombre complicado. La debilidad me consumió cuando alejo su mano de mí. Mierda. —N-no puedo dejar a David aquí. Lo siento. —objete, David se mantuvo callado en todo momento. Apreté su brazo suavemente, para que se comience a mover hacia el auto. Él me hizo caso, me moví solo un poco para comenzar a caminar junto a él, ayudándole. —Bien, dale la llave de tu auto y tú ven conmigo. —ordeno Henry. Lo mire con el ceño fruncido, pensé que es
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