Al terminar nuestros alimentos el sólo agradece la comida y se retira, no me observa, no dice nada, sólo se aleja. Me quedo un momento más ahí sentada, siento mi estómago hecho un nudo ahora mismo, me pregunto que piensa ahora de mi después de lo que sucedió, quizá sigue molesto, está en su derecho, soy su esposa, pero esa noche el miedo, los nervios pudieron más conmigo. Me retiro a mi habitación de nuevo sintiendo mi corazón latir con tristeza, creí que quizá el hablaría conmigo, pero no. Los siguientes días es lo mismo, toda esa semana el ni siquiera se presentó al comedor a una sola comida, me he visto comiendo sola, es tan triste que hoy decidí hacerlo en mi habitación, no quiero que los trabajadores me vean ahí sola, pensarían mal de mi, y odio las habladurías, pero no puedo mole