Quizá me molestaba un poco que no me reconocieras cuando nos volvimos a ver, cuando llegue a la mansión yo estaba casi seguro que me reconocerías, que correrías a mis brazos, pero al verte atemorizada, yo, sentí una decepción muy grande. Ella me escucha parece avergonzada por la situación, pero acaricia mi rostro que al contacto con su suave mano, me observa como si deseara cambiar las cosas, pero nada de eso interesa ahora mismo. - Yo, yo no te reconocí, la verdad es que has cambiado demasiado demasiado físicamente, eras alto, pero ahora eres mucho mas, tu rostro esta endurecido, tu cuerpo esta ahora musculado, la realidad es que hasta que no escuche tu nombre, yo no había puesto atención a tu rostro, me daba algo de.. - Miedo? Le pregunto algo ofendido. - No, no es miedo, es que ere