AMANDA Rayos, las cosas se estaban poniendo color de hormiga con la presencia de Liam. Pero de algo estaba segura: no me dejaría de este imbécil. Parece que nadie lo ha puesto en su lugar, pero ha llegado el momento. —¿Cómo está el bebé? —pregunta. Tan descarado que ni le importa que su amigo esté acá presente. —No te lo voy a decir, eso a ti no te importa; es más, no sé por qué te tomas la delicadeza de preguntar por un bebé al que al inicio lo único que querías era acabarle su vida. Andrew nos queda viendo; aún no sabe lo que está pasando, por lo que vuelve a preguntar: —¿Me podrían explicar qué está pasando con ustedes? ¿Acaso ya se conocían o algo por el estilo? —Te dije la propuesta, pero no quieres aceptarla. No te hagas la honesta conmigo —espeta el estúpido de Liam. —Deja d