UNA NOCHE CON EL JEFE

CAPÍTULO 6

“BESO HAMBRIENTO”

Han pasado unas semanas desde que empecé a trabajar en el hotel y por suerte no tuve ningún tipo de problema, el arrogante no me ha hecho comentarios despectivos como los primeros dia y eso me da tranquilidad. Lo que si, lo hemos visto salir temprano con varias mujeres distintas, después de unos días nos enteramos que en el último piso se encuentra su penthouse y típico de millonario mujeriego llevar a todo tipo de mujeres a su cama de lujo. Por otra parte mi relación con las chicas creció y ahora las puedo considerar amigas. Hoy por la tarde iremos a pasear con Emily y Diana la sobrina de Karen.

—Vamos al parque de diversiones, hace mucho que no voy — dice una muy alegre Karen lo que hace que ria

—De acuerdo, pero recuerda que llevamos a las niñas, no te vayas a desaparecer por algún juego

—No te prometo nada — dice emocionada

Llegamos a mi casa y Emily ya está preparada para ir a pasear con un lindo vestido blanco con flores rosas y unas sandalias blancas de tiritas. Mi princesa se ve tan grande y hermosa. Me doy un baño rápido y me cambio y luego de veinte minutos ya estamos listas y nos vamos en busca de Diana.

Una hora después estamos entrando al parque de diversiones y las niñas están muy emocionas, aunque noto que Karen les gana con la emoción, esta chica si que es increíble.

—¿A donde quieren ir primero?

—Yo quiero ir por un algodón de azúcar — dice Karen

—Sii ¡algodón de azúcar! — gritan las niñas emocionadas. Vamos por los dichosos algodones y mientras lo comen vamos recorriendo el inmenso parque buscando el primer juego al que se subirán las niñas.

Dos horas y media después, las pequeñas están muertas de cansancio, se subieron a todo los jugos a los que su altura les permitió ingresar.

—Mami ¿puedes companos helado?

—Bueno, vamos en busca de un helado. Pero prométeme que luego comerás la cena

—Lo plometo — dice mostrándome su dedo meñique el cual entrelazo con el mío y le doy un beso cerrando nuestra promesa.

Estamos sentadas fuera de una linda y pequeña heladería cerca del parque mientras las pequeñas devoran su helado y yo charlo con Karen

—¿Viste la mujer que salió hoy con el jefe?

—La verdad que no le preste atención. Solo se que nunca se repite dos veces — digo desinteresada

—Lo se. La de hoy era una modelo de la revista cosmo. Vaya.. que suerte tienen — suspira apoyando su mano en su mentón

—¿Suerte? ¿Porque? Yo no aguantaría pasar dos minutos con el arrogante Fiore junior

—Pues yo daría todo mis ahorros por pasar una noche con el jefe

No puedo evitar largar una carcajada provocando que todos nos miren —Lo siento — digo avergonzada mitrando a los demás — Karen, eres hermosa, tendrías que chasquear los dedos parra tener a quien quieras a tus pies — digo en tono de regaño

—Lo se, pero el jefe es un sueño

—Estás loca — digo riendo — bueno niñas, vamos que ya es tarde — las pequeñas se quejan pero aún así suben al auto de Karen y nos dirigimos a casa. Una vez llegamos nos despedimos y entramos con Emily a casa. Le doy un baño rápido y le preparo la cena, después de lava los dientes y se acuesta durmiéndose apenas su cabecita toca la almohada.

***

A la mañana siguiente me levanto temprano y preparo el desayuno para todas, Laura se levanta unos minutos después

—Buen dia amiga

—Hola Lau ¿cómo te fue ayer?

—Bien, ya que me lo recuerdas, el miércoles de la semana que viene no podré cuidar a Em porque tengo que dar la tesis

—No te preocupes amiga, veré cómo le hago con mi pequeña

—A ti ¿como te está yendo con tu arrogante? — pregunta con una sonrisa, según ella Adam Fiore está interesado en mi y por eso su trato, obviamente está loca, primero porque jamás podría estar con un hombre como él y segundo porque el está con miles de mujeres hermosas, jamás se fijaría en alguien como yo, si bien no me considero fea ya que después del embarazo me crecieron los pechos y la cadera aún así no soy para nada competencia con sus súper modelos.

—Dejas de decirle “mi arrogante” ¿es arrogante? Si. ¿Es mío? No. Y tampoco me interesa.

—Lo que digas — dice guiñándole un ojo — bueno, ve a ducharte mientras yo despierto a la pequeña así desayunamos antes de que te vayas

—Bien — le hago caso y me voy directo a la ducha, después de arreglarme vuelvo a la cocina donde ya está mi pequeña — buenos días amorcito ¿como dormiste?

—Buendía mamá, bien — dice metiéndose un gran bocado de pancake en su pequeña boca provocando que riamos.

Desayunamos entre risas como todas las mañanas y me voy directo al trabajo llegando antes que las chicas por primera vez lo que me hace sonreír divertida. Al llegar voy para el cuarto de empleados donde me pongo mi uniforme y al salir me choco con el gerente

—Buenos días señorita Portman, qué bueno que ya llegas necesito que lleves unas toallas al jefe a su penthouse— me dice dejándome estática en mi lugar

—¿que? ¿Porque yo?

—Porque las mucamas están todas haciendo el

Cambio de ropa blanca en las habitaciones para los nuevos huéspedes y porque es una orden — dice algo molesto.

«¡mierda! Justo hoy tenia que llegar primero» pienso molesta — Enseguida las llevo — digo dirigiéndome al cuarto donde se guardan las toallas limpias mientras maldigo mi mala suerte.

Subo por el ascensor privado del señor arrogante utilizando su tarjeta para poder abrirlo mientras sigo maldiciendo, pues claro, le cuesta demasiado bajar unos pisos a buscar toallas por el mismo. El ascensor llega a su piso y se abre dejándome ver una hermosa sala con un gran sofá en forma de L junto a otros dos más pequeños rodeando una mesita de cristal. Las paredes son blancas y el suelo es n***o brilloso, todo es en un estilo minimalista lo que me fascina. Estoy tan sumergida en mis pensamientos hasta que detrás mío escucho un carraspeo que me exalta al darme vuelta esta él sólo con un pantalón de pijama dejando ver su bien definido torso desnudó, el cabello despeinado y descalzo.

—Lo..Lo siento. Y.yo vine a — aclaro mi garganta para que mi voz salga normal — Disculpe, me enviaron a que le traiga unas toallas — extiendo mis manos con las toallas

—Déjalas en el baño de mi habitación — dice ignorándome mientras pasa por mi lado. Blanqueo los ojos y busco cuál es su habitación para poder dejárselas e irme lo más rápido posible. Después de unos minutos buscando por el inmenso departamento que más bien párese una mansión encuentro dichosa habitación y entro para acomodar las toallas en su lugar, al salir del baño lo encuentro de nuevo pero esta vez está completamente desnudo lo que me hace gritas y taparme los ojos inmediatamente

—¿QUE HACES AQUÍ? — pregunta furioso

—Lo siento, vine a dejar las toallas a donde me dijo

—eso fue hace como veinte minutos

—¿SI? ¡NO ME DIGAS! — digo moletas como los ojos aún tapados— Le recuerdo que no conozco su departamento y no tenía idea de donde se encontraba su habitación, por eso tarde demás.

—Hubiese preguntado

Quito mis manos de mis ojos y ya furiosa lo miro a la cara para reprocharle

—SÌ NO SE HUBIESE IDO ANTEA DE DEJARME HABLAR LE HUBIERA PREGUNTADO Y NO HUBIESE ESTADO MERODEANDO POR TODO SU ESPACIO

—Algo me dice que lo hiciste a propósito

—¿y porque haría eso? — pregunto cruzándome de brazos haciendo un esfuerzo sobrehumano para no mirar más abajo

—Porque te gusta acosarme. Acaso no crees que no he notado como me miras cada vez que salgo con una amiga de aquí — dice y no puedo evitar reír

—Usted está verdaderamente loco. Lo que usted haga o deje de hacer o esté con quien esté me tiene sin cuidado

—¿Enserio?

—Por supuesto — digo firme

—¿Realmente no deseas ser una de esas mujeres?

—Jamás

—¿Entonces si me acerco a usted no mojara sus bragas?

—Y.yo. N.no — digo un poco nerviosa al ver que se acerca a mi

—Eres demasiado linda para ser tan gruñona — dice apenas a dos centímetros de distancia — será que adíe logra satisfacer tus necesidades— al escuchar eso salgo de mi trance y sin importarme nada lo cacheteo y me dispongo a salir por la puerta cuando me sujeta de la muñeca dándome la vuelta y pegándome a su cuerpo dejándome sentir su m*****o sobre la tela de mi pantalón

—A mi nadie me golpea y se marcha sin un castigo — dice muy cerca de mis labios para luego pegarlos junto a los suyos dejándome en shock por un minuto. Sus labios se mueven desesperados y hambrientos sobre los míos que siguen sin moverse, intenta con su lengua abrirse paso a mi cavidad bucal y aunque intento no responder mi cuerpo me traiciona y le sigo el beso.

Me separo de él por falta de aire y reacciono a la estupidez que acabo de hacer, lo miro fijo a los ojos por primera vez noto que están oscuros, realmente siempre anda con sus estupidas gafas de marca. agacho la mirada avergonzada y pasó por su lado buscando la salida. Subo al ascensor y una vez este cierra sus puertas me miro al espejo, tengo los labios rojos e hinchados, saco un pañuelo de mi bolsillo y me limpio el labial corrido lo mejor que puedo, bajo hasta el subsuelo para que nadie me vea salir por el ascensor privado pero fracaso en el intento al ver a Candela y Karen que venían caminando desde el auto.

—«Maldición»

—Buenas buenas — dice Cande sonriendo mientras Karen me mira seria

—Hola — digo avergonzada — definitivamente la suerte no está de mi lado

—¿Que fue qué pasó? — dice ahora Karen

Suspiro — Por primera vez en mi vida llego antes que ustedes y el señor Smith me pidió que lleve unas toallas al señor Arrogancia y ya me arruinó el día — digo evitando comentar la parte en la que lo he visto desnudó y quien me beso

—Oh que lastima que no llegue antes — ríe Karen — ¿qué tal es su penthouse?

—Prácticamente es una mansión. Estuve como veinte minutos buscando su habitación — digo cuando escuchamos las puertas del ascensor abrirse y sale el idiota por está mirándonos sonriendo

—Buen dia chicas — dice guiñándonos un ojo, por mi parte yo los blanqueó

—Sarah — dice Candela — ¿que le hiciste para que salga tan feliz?

— y que nos salude — dice entrecerrando los ojos Karen

—Yo no hice nada — digo a la defensiva haciendo que las chicas larguen una carcajada— vamos que llegaremos tarde para el cambio de turno.

Y sin más nos dirigimos las tres a nuestro puesto de trabajo.