Ya finalmente era el día de la gran fiesta, todos nos habíamos levantado temprano para acomodar la casa para que estuviera apta para los invitados.
Esta no sería una de esas fiestas que se hacen en las casas y todo debe ser tranquilo y ordenado, no. Estaban invitadas más de 200 personas y conociéndolas a la mayoría, ellos vendrían y quizá con amigos, o sea, podrían estar aquí alrededor de 350 personas.
Después de que mis amigas y yo hiciéramos la cuenta de a cuánta gente habíamos invitado, me alegré porque la casa de Amy fuese grande y espaciosa, además de que teníamos enfrente a la playa.
Sacamos los muebles que podrían llegar a salir perjudicados y los metimos en una de las habitaciones que tuviese más espacio. Guardamos todo lo que fuese de vidrio o porcelana para que no se dañase,
