Alice El día era maravilloso, una fresca mañana nos despertaba de aquella noche más parecida a una pesadilla que a un hermoso sueño. Bajé junto a Susan a desayunar, mi padre como siempre estaba sentado a la cabecera de la mesa leyendo el periódico y mi tía a su lado. — Buen día. Papá, tía les presento a Susan, mi amiga- Mi tía se acerca cariñosamente a saludar a Susan y mi padre por su parte la saluda muy amable pero con la seriedad que lo caracteriza. — Buenos días, ¡Oh! Tenemos visitas –ingresa Marcus posando sus sorprendidos ojos en Susan. Marcus nos saluda con su encantadora sonrisa, para sentarse al lado de su madre. Susan se sienta a mi lado quedando justo frente al susodicho, intercambiando miradas furtivas entre ellos. Teresa nos sirve el desayuno y no puedo evitar sonreír