Tan pronto como se cerraron las puertas, Brenda se dirigió directamente a la habitación designada para los pacientes. Dentro, había un niño pequeño que estaba despierto y hablando con un hombre que ella supuso que era su padre. Tocó la puerta y entró. —Hola, soy la Dra. Han— presentó. El hombre se levantó para estrecharle la mano. Era bastante alto con una apariencia muy robusta. Su cabello era corto, castaño y puntiagudo y tenía dos tatuajes rojos en la cara que parecían colmillos. —Hola doctora Han, soy Diego Zuka. Este es mi hijo Jun— dijo, señalando al niño. —Hola, Jun— saludó mientras se acercaba a su cama. El niño se parecía a su padre menos en los tatuajes. Parecía un poco pálido y tenía mucha fiebre. Fue ingresado en el hospital ayer después de colapsar en su casa. —Hola— resp