PVO Mauro.
No había duda que sus besos me desestabilizaban, que su mirada inocente y penetrante me había cautivado, pero debía tener cuidado y asegurarme de no equivocarme.
Esa noche, hace ya algunos días, estuve apunto de hacerla mía, simplemente me cegué y dejé que mis impulsos me controlaran.
_Oye Mauro, ¿Crees que Franco no sospeche que viajó a San Francisco porque no lo quieres cerca de Katy? Digo, ya que parece que él le tiene mucho cariño.
_No lo sé, no debería. Katherine es mi esposa y él ya debería entender eso.-Respondo mientras observo justo el contrato en esa ciudad.
_Ajá.Y bien, no me vas a decir porque estos días has estado contento y regresando a tu casa temprano.
_¿Contento?
_Vamos, siempre paras amargado, molesto, pero estos días has estado en las nubes, hasta la s
