Narra Amanda. La noche había llegado, no había salido en todo el día de mí habitación, estaba totalmente nerviosa de encontrarme con él. Pero ahora que todo estaba oscuro tenía el valor de estar con él. Sabía que había llegado, ya que pude escuchar su auto hace un par de horas. Me vi por última vez en el espejo llevaba un vestido un poco corto y ajustado, y por supuesto no me puse ropa interior. Mi cabello estaba suelto y algo rizado, mi lápiz labial hacia juego con mis tacones. Salí de mí habitación, pero mi estómago se revolvía mientras caminaba hacia la planta baja, cuando llegué a la sala de estar él estaba ahí, vestido con un traje elegante, al verme se puso de pie y se acercó a mi. —Hola—me saludó, dejándome un beso en la mejilla, sentir sus labios fue estremecedor. —Hola—dije en