Narra Amanda. Después de esa llamada, quedé realmente excitada, tuve que masturbarme pensando en él para calmar mí deseo. Luego de eso no pude dormir, no podía creer que fui capaz de decirle todas esas cosas por teléfono, pero una parte de mí se sentía liberada, y no se arrepentía de nada. Di vueltas en la cama, hasta que decidí ir a la cocina a tomar algo de agua, pero antes vi el reloj, eran la 2:00 am. Llevaba puesto un camisón color crema sedoso con tirantes finos. Me levanté y caminé suavemente por el pasillo, abrí la puerta de Zoé y estaba profundamente dormida, hice lo mismo con Denisse. Después seguí caminando, pero al llegar al borde de la escalera para bajar escuché un ruido en la habitación del Señor White, me detuve en seco. —¿Qué demonios fue eso?—dije en voz baja. Dios mío