Gael tomó a Albert por los hombros y lo llevó hacia los ventanales, alejándolo de todos, esperando que se controlara por completo. — ¿Dónde escucharon ese rumor? — Murmuró Albert hacia Gael. — ¿Rumor? — Rosalyn no es mi novia, nunca lo fuimos, solo salimos un par de veces, como amigos… — Gruñó Albert con la mandíbula apretada, lleno de frustración. — Bueno, hermano… — Gael elevó las cejas, sorprendido. — Tendrás que aclarárselo a toda la clase alta de la ciudad y sus alrededores, todos hablan de eso. — ¡M∆ldici0n! — Mascullo Albert para sus adentros, imaginándose a la única persona que hubiera podido hacer correr este rumor, la misma Rosalyn. — Bueno, en vista de la situación, creo que será mejor que nos vayamos. — Gael estiró la mano hacia Albert, sacándolo de sus pensamientos. — Al