“En la famosa noria”
Se escucha un suspiro.
—Hija, Feliz Navidad también, me alegro que te hayan gustado.
—Si, Feliz Navidad mami y gracias por tus regalos Te amo, te extraño; y me encanta el collar —musito.
—Me alegra que te guste hija mía, por favor nunca te quites ese collar, llévalo puesto siempre, así sabré donde estás —susurra, dejándome confundida. —Hija mía debo colgar, tu padre ha invitado a la familia de Scott, a pasar el día acá.
—Oh mamá está bien, cuídate —me despido y colgamos enseguida.
Al colgar salí y bajé a toda prisa las escaleras, llegué al vestido que me dió Josef, volviendo a subir y desde las escaleras les dije a mis hermanos que me cambiaría, volvi a subir a mi habitación.
Al pasar el día, precisamente a las 6:30 nos sentamos en la sala de star, Leticia, hizo una cena navideña deliciosa y la invitamos para que compartiera con nosotros… estuvimos platicando acerca de lo que haremos en el nuevo año, fue una cena muy agradable, al terminar nos sentamos al lado de la chimenea.
Mis hermanos sirvieron vino, mientras que a mí me dieron algo suave, después de la medianoche nos fuimos a dormir, llego a mi habitación y le envié un mensaje a mi amiga Samantha deseándole una Feliz Navidad.
Al pasar los días ya era fin de año.
Me despertó el bello sol que se colaba por mi ventana, abrí los ojos lentamente porque me tenía cegada, me senté en mi cama cubriéndome, me levanté y cerré un poco la cortina.
Acordándome que es día de fin de año, así que corrí al baño, me di un baño rápido y me preparé, cepille mi cabello que de lo largo que lo tengo se enreda bastante, cuando termine bajo, dándome cuenta que mis hermanos ya están allí.
Nos sentamos a desayunar, el delicioso desayuno que había preparado Leti, para nosotros. —Josef, Ian, podemos ir a dar un paseo.
—De hecho mi querida hermana, tengo algo mucho mejor, pero debemos esperar a que sea de noche.
me dice y lo miró sorprendida.
—¿De verdad y de qué se trata?
inquiero y él niega con la cabeza.
—No te diré.
A las 6 de la tarde, llegamos a un parking lot, y nos encontramos caminando por una plaza, luego pasamos el Big Ben, y luego llegamos al famoso London Eye.
—¡Wow! esto es hermoso… mira nada más la vista que tiene este lugar —susurro.
—Vamos, subiremos a la famosa Noria más alta de Europa —musita mi hermano llamando mi atención, enseguida esboce una sonrisa de oreja a oreja.
Haciendo la fila para subir a una de las cabinas de cristal, me di cuenta que cerca había un chico, y ese chico no era otro que Niko, iba con dos… supongo que eran sus amigos. “No… es… cierto”
No puedo negar qué estaba viéndolo de pies a cabeza, su cabello rubio y crespo lo hace ver más guapo.
De un momento a otro, siento que uno de mis hermanos cubrió mis ojos y me asusté. “Oh se dieron cuenta”. pienso, y veo a las personas moverse hacia delante.
“No, No, No, hemos quedado en la misma cabina que él, mierda”.
—¿Qué estás mirando?
me pregunta Ian, en un susurro mientras cierran la puerta y siento mi rostro sonrojarse.
—Yo… Em… solo creo que lo he visto en algún lugar —musito con vacilación caminando ya adentro e intentando ralentizar mi agitado corazón.
—Bueno, no lo mires, que pensara de ti, si te ve mirándolo como lo estas haciendo. Susurra Ian, cerca de mi oído, haciéndome reír.
—No seas tan exagerado —musita Josef —. Además, ella ya no es una niñita.
—Bueno ella no puede ver a los chicos, para mi sigue siendo una niñita.
susurra mi hermano Ian, cerca de mi oído y lo miró entrecerrando mis ojos.
—¿Qué, es enserio? —inquiere, mirándome expectante. —Tiene 18 años.
—¿Y? —suelta Ian, de repente y lo mira atónito. —¿Acaso tu, ya?...
—No seas pelotudo, no preguntes esas cosas.
—No, puede ser Joseff, si es así me averguenzo de mí mismo, soy mayor que tú Joseff.
Me mofo de los dos chicos que hablan de sus cosas tan abiertamente y me ignoran.
—Qué vergüenza se pueden callar.
musito y los dos miran a su alrededor.
Antes de alejarme de ellos, los uno y me acerco a sus orejas. —Y si, aún soy "Virgen" y no me avergüenzo de decirles —les digo en un susurro, estiro mis manos y los alejó abriendo paso para caminar entre ellos.
Los dos se mofan de mí pero simplemente los ignoro,y mientras me alejo de ellos escucho a Ian hablar.
—Al menos no soy el único —murmura Ian.
Siento que los dos caminan y se acercan a mi.
—Esto es simplemente hermoso.
—Si, que lo es… Cami, tendré que cuidarte aún más —me dice con vacilación, y esbozo una sonrisa mientras niego con la cabeza.
—No, tienes que cuidarme, Ian, sé perfectamente que aún no es mi tiempo, y no estoy buscando pareja, solo quiero estudiar —les digo.
—¿Ves? ella es más inteligente que tú —dice Ian dirigiéndose a Josef.
Josef, al escucharlo hizo un mohín.
Ignorandolos sigo mirando por los enormes vidrios de cristal, y levanté mi cabeza en dirección de hace rato, pero el chico no estaba allí, rápidamente comienzo a buscarlo y mi hermano Josef, se detiene justo frente a mi.
—Dejala en paz —masculle Ian.
—No, aun no, además, ese chico no me cae bien.
dice Josef, sosteniendo mi mano. —Tiene muchos tatuajes.
dijo Ian.
—Solo tiene tres —susurro y cubro mi boca, atrayendo aún más la atención de ellos.
—¿Cómo sabes que solo tiene tres y cuando los viste? —me pregunta Josef, mientras me miran expectantes.
—Bueno eso creo, solo pude ver los que tiene en sus brazos —les susurro, riéndome de sus caras.
—Ha, y aun tienes el descaro de decirnos que no pudiste ver si tiene más —me dice Josef, con su ceño fruncido.
—Bueno, ya basta, no más del tema, está bien, no miraré más hacia allá, ok; ¿Contentos? —musito avergonzada. Agaché mi cabeza pensando en los tatuajes que vi cuando estábamos caminando en el campus, había visto uno de una niña o algo así en un brazo y una flor, pero no vi que flor era.
—Por eso te adoro —me dice llamando mi atención.
Niko Laguna.
Estaba aburrido en casa porque mis padres trabajan de más. El dicho de ellos es que para tener lo que tenemos hay que trabajar duro todos los días, bueno se olvidaron que tienen un hijo.
Llamé a mi amigo que vive lo mismo que yo y me dijo que salieramos, al escuchar eso, acepté sin pensarlo dos veces, me levanté de mi cama y me vestí a toda prisa para esperar a mi amigo.
Al momento de llegar frunzo mi entrecejo al darme cuenta que viene solo, pensé que vendrían las chicas. —¿No vienen las chicas? —inquiero y él niega con la cabeza. —Bueno eso me da la oportunidad de conocer a más chicas —le digo y hace un mohín haciéndome reír, pero lo que no le digo es que en realidad me encantaría encontrarme nuevamente con la chica de ojos bellos y cabellera negra.
—No, ellas no, pero si viene John —me contesta y asiento con la cabeza.
Ya estando en el lugar nos encontramos con John, entramos al lugar para entrar a la cabina de cristal, y al momento de hacer la fila sentía que me miraban, así que volteé a mirar buscando a la persona y vi a aquella chica hermosa a la que he estado pensando desesperadamente, su hermosa mirada, esos ojos, que me dejaron hipnotizado, veo que no estaba sola y también que le cubren los ojos. esbozo una sonrisa sin que se de cuenta, pensando que debe ser su novio celoso.
John se acerca. —Oye, haremos el conteo aquí —me dice y enseguida vuelvo para ver a la chica, si ellos se van los seguiremos. John siguió mi mirada y me empujó un poco llamando mi atención. —Ey, deja una por lo menos, esa chica es hermosa… espera ¿no es la misma con la que estabas hablando en el campus? —me pregunta y asiento en respuesta una vez más.
—Oh, sí es ella —musita Andrew.
—Vamos, los invitaremos a ellos para hacer el grupo más grande y así podernos cuidar las espaldas ellos están solos y con una chica allí —suelta John, y sin esperar más se acerca a ellos.