El frío de la noche hizo que mis pezones se endurecieran miré atrás y Sebastián se acercaba a mi Avancé hacia el lago para meterme, poco a poco me fui sumergiendo en el agua mis bellos se erizaron al contacto con el agua fría camine hasta que el agua cubrió mi pecho y luego escuché las olas formarse cuando él se acercaba a mi, se puso a mi lado mientras yo contemplaba la luna brillante, era una noche hermosa y me encantaba la brisa que a pesar de que era fría no era para nada desagradable... –Es hermosa la noche.– dije sin voltear a verlo. –Es muy hermosa, sabes te traje aquí porque pensé que necesitas un momento para olvidar todo aquello que te agobia. Yo lo miré con ese anhelo y deseo de que me hiciera suya, que me hiciera olvidarlo todo lo demás no importa ahora solo éramos el y yo,