El sonido del avión aterrizando sacudió ligeramente a Bridget de su letargo.
Ella y Emily habían decidido hacer un viaje fuera del país mientras esperaban que la casa se vendiera. Para Bridget, esas vacaciones representaban una pequeña oportunidad de escapar, de dejar atrás todo el caos del divorcio, la confusión de las últimas semanas, y la vergüenza de haberse acostado con un desconocido.
Emily, como siempre, estaba a su lado, apoyándola sin hacer demasiadas preguntas. Acción que Bridget valoraba mucho, ya que ahora más que nunca necesitaba a alguien que la apoyará.
—Hemos llegado —dijo Emily con una sonrisa mientras miraba por la ventanilla del avión—. Es increíble, ¿verdad? Esto es justo lo que necesitabas.
Bridget asintió, aunque su sonrisa fue un poco débil. La verdad era que no
