-Nader… -murmuró Olaya con la voz muy débil estirando la mano para llamarlo. -¿Nader estás aquí? Nader se acercó a la cama, pero no agarró la mano de Olaya como ella deseaba, apenas la miró con pena y con cierto recelo pensando en lo que podía haber ocurrido en la plataforma. -¿Cómo te encuentras, Olaya? -preguntó con un tono frío y Olaya hizo una mueca por el dolor que sentía. -Me duele todo el cuerpo, siento que me cuesta respirar y mi garganta está seca. -contestó Olaya forzando una mirada inocente para darle más pena y de pronto a su memoria volvió al recuerdo de como Nader salvó a Aisha antes que a ella. De pronto sus celos volvieron a aflorarse y ella soltó su veneno. -Esa sirvienta…esa mujer no debe estar en tu vida…no puedes permitir que si…siga a …tu lado. Ella…ella es peligros