Narra Kiara Dario no me pide que le explique, y no creo que hubiera podido ponerlo en palabras de todos modos. Tan pronto como abre la puerta, es como si un viento me levantara por detrás, empujándome dentro de la casa y contra él. De alguna manera, en sus brazos, todo tiene al menos un poco más de sentido. No sé por qué, pero una vez que estoy allí puedo soltarme un poco y mis emociones me abruman. Me encuentro temblando y gimiendo en sus brazos, incapaz de contenerme más.Acaricia mi cabello automáticamente, sosteniéndome con un fuerte brazo detrás de mis hombros. Me dejo debilitar en sus brazos y él me sostiene hasta que termino. Pero entonces, la vergüenza vuelve a mí. ¿Qué estoy haciendo? Aquí estoy, llorando como una niña pequeña. Es una estupidez, de verdad. Debería ser capaz de