—JARA— Una vida, para mi había pasado toda una vida desde que no veía a Owen y por casualidad o venganza del destino, me encontraba en el cuerpo de su hija. Mi alma temblaba cuando pensaba en hacer el cambio, retrocedí unos pasos, para alejarme de Brais y en unos mínimos segundos ya estaba yo, la que él conocía, sin ese cascarón llamado Lucero. Salté sobre Brais, quedando frente a Owen. Cayó de rodillas ante mi y yo me agaché junto a él pegando mi cuerpo al suelo. —Jara…mi amor.—habla muy bajo, pero sus palabras entraban hasta mi corazón. Cuando sus manos tocaron mi cara, todo mi pelaje se erizó por unos breves segundos, rodeé a su lado y sus manos me abrazaron, arrastrándome hacia él, permanecí boca arriba, con mi cara sobre sus piernas y aquellos ojos tan tristes me miraban con un